viernes, 7 de febrero de 2014

Timidez

timidezDentroLiberándose de la timidez

La timidez es muchas veces encarada como un estigma o una herida difícil o imposible de curar.
Quien tiene este mal no se da cuenta de los problemas que la timidez acarrea y prosigue viviendo en ella como si fuese bueno vivir así.
Para iniciar el tema, es necesario aclarar que : nadie nace tímido. La timidez, así como el sentido del humor, se adquiere a lo largo de la vida. Y siempre es posible dejar de ser tímido.

Quien es inhibido sabe muy bien cuán difícil es vivir en un mundo de deshinibidos, pues luchan para vivir igual, pero insisten en creer que no son tan importantes como ellos. Se acusan de día y de noche, vigilan sus palabras y temen decepcionar a las personas a su alrededor. La timidez los hace “héroes de las mentiritas”.
El tímido cree que todos están reparando en él, por eso tiene miedo de mostrarse. Escondiéndose en su timidez, evita los relacionamientos pues teme decepcionar. Aún no comprendió que únicamente la espontaneidad es capaz de quebrar el hielo del individualismo y volvernos más felices.Quieren agradar a todos pero viven decepcionandose. Son bondadosos con la humanidad, pero injustos en su mundo interior.
La timidez es tan traicionera que alcanza hasta a personas dotadas de una inteligencia altísima. Conozco a tímidos sabios para asuntos académicos, pero analfabetos para los relacionamientos. Saben lidiar con libros pero son inyesados delante de personas.
Nadie se puede conformar con su timidez y condenarse a morir así. Sé, por propia experiencia, cuántas cosas dejamos de vivir y aprovechar la vida por la culpa de la inhibición, del exceso de vigilancia.
Vivimos en un mundo de imperfectos y por eso mismo deberíamos permitirnos mostrar a los otros exactamente aquello que somos, pues sin eso estamos viviendo en un mundo de soledad. Nadie merece vivir así.
Es posible, si, dejar de lado la timidez y vivir en plenitud. Muchas veces será necesario un tratamiento psicológico o filosófico. Pero dependerá mucho de que el tímido quiera y luche para abandonar el vício terrible de la verguenza. Las personas a nuestro alrededor son importantísimas para nuestra sanación. Amistades verdaderas abren las puertas de nuestro corazón y nos permiten ver la vida con más suavidad, exactamente de la forma como los desinhibidos la ven.

Contenido enviado por el internauta Paulo Franklin y publicado en www.cancionnueva.com

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