domingo, 20 de abril de 2014

Novena a la Divina Misericordia - Parte I

La Coronilla la dictó Jesús a Santa Faustina en Vilna (Lituania) entre el 13-14 de Septiembre del 1935, como súplica para aplacar la ira de Dios por los pecados del mundo.

"A través de ella obtendrás todo, si lo que pides esta de acuerdo con mi voluntad(...) Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia, en la hora de la muerte los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la última tabla de salvación. Hasta el pecador más empedernido, si reza esta Coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita. Deseo que el mundo entero conozca Mi misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia" (Diario 731,687).
 
“ Defenderé como Mi propia Gloria a cada alma que rece esta Coronilla en la hora de la muerte, o cuando los demás la recen junto al agonizante, quienes obtendrán el mismo perdón. Cuando cerca de un agonizante es rezada, se aplaca la ira Divina, y la insondable misericordia envuelve al alma y se conmueven las entrañas de Mi misericordia por la dolorosa pasión de mi hijo” (811).

PRIMER DÍA
Hoy, tráeme a toda la humanidad y especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de Mi misericordia. De esta forma, Me consolarás de la amarga tristeza en que Me sume la pérdida de las almas.
 
Jesús misericordiosísimo, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en Tu bondad infinita. Acógenos en la morada de Tu muy compasivo Corazón y nunca los dejes salir de El. Te lo suplicamos por Tu amor que Te une al Padre y al Espíritu Santo.
 
Padre Eterno, mira con misericordia a toda la humanidad y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús y por Su dolorosa Pasión muéstranos Tu misericordia para que alabemos la omnipotencia de Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

CORONILLA  A LA  DIVINA MISERICORDIA:
(se utiliza un rosario común de cinco decenas)
1. Comenzar con un Padre Nuestro, Avemaría, y Credo (de los apóstoles).
Credo de los apóstoles:
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen Maria.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.
 
2. En las cuentas grandes correspondientes al Padre Nuestro (una vez) decir:
"Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo,
la Sangre, el Alma y la Divinidad
de Tu Amadísimo Hijo,
nuestro Señor Jesucristo,
como propiciación de nuestros
pecados y los del mundo entero."

 
3. En las cuentas pequeñas correspondientes al Ave María (diez veces) decir:
"Por Su dolorosa Pasión,
ten misericordia de nosotros
y del mundo entero."

 
4. Al finalizar las cinco decenas de la coronilla se repite tres veces:
"Santo Dios, Santo Fuerte,
Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros y del mundo entero."

 
 5. Oración final (opcional):    
“Oh Sangre y agua que brotaste del Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para nosotros,  en Ti confío.”

(Rezarla preferentemente a las 3:00 pm. “La hora de La Misericordia”)









La Coronilla la dictó Jesús a Santa Faustina en Vilna (Lituania) entre el 13-14 de Septiembre del 1935, como súplica para aplacar la ira de Dios por los pecados del mundo.

"A través de ella obtendrás todo, si lo que pides esta de acuerdo con mi voluntad(...) Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia, en la hora de la muerte los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la última tabla de salvación. Hasta el pecador más empedernido, si reza esta Coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita. Deseo que el mundo entero conozca Mi misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia" (Diario 731,687).

“Defenderé como Mi propia Gloria a cada alma que rece esta Coronilla en la hora de la muerte, o cuando los demás la recen junto al agonizante, quienes obtendrán el mismo perdón. Cuando cerca de un agonizante es rezada, se aplaca la ira Divina, y la insondable misericordia envuelve al alma y se conmueven las entrañas de Mi misericordia por la dolorosa pasión de mi hijo” (811).

SEGUNDO DÍA
Hoy, tráeme a las almas de los sacerdotes y los religiosos, y sumérgelas en Mi misericordia insondable. Fueron ellas las que Me dieron fortaleza para soportar Mi amarga Pasión. A través de ellas, como a través de canales, Mi misericordia fluye hacia la humanidad..

Jesús misericordiosísimo, de quien procede todo bien, aumenta Tu gracia en nosotros para que realicemos dignas obras de misericordia, de manera que todos aquellos que nos vean, glorifiquen al Padre de misericordia que está en el cielo.

Padre eterno, mira con misericordia al grupo elegido de Tu viña, a las almas de los sacerdotes y a las almas de los religiosos; otórgales el poder de tu bendición. Por el amor del Corazón de tu Hijo, en el cual están encerradas, concédeles el poder de Tu luz para que puedan guiar a otros en el camino de la salvación y a una sola voz canten alabanzas a Tu misericordia sin límite por los siglos de los siglos. Amén.









La Coronilla la dictó Jesús a santa Faustina en Vilna (Lituania) entre el 13 y el 14 de Septiembre del 1935, como súplica para aplacar la ira de Dios por los pecados del mundo.

"A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con mi voluntad (...). Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia; en la hora de la muerte los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la última tabla de salvación. Hasta el pecador más empedernido, si reza esta Coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita. Deseo que el mundo entero conozca Mi misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia" (Diario 731,687).

“Defenderé como Mi propia Gloria a cada alma que rece esta Coronilla en la hora de la muerte, o cuando los demás la recen junto al agonizante, quienes obtendrán el mismo perdón. Cuando cerca de un agonizante es rezada, se aplaca la ira Divina, y la insondable misericordia envuelve al alma y se conmueven las entrañas de Mi misericordia por la dolorosa pasión de mi hijo” (811).

TERCER DÍAHoy, tráeme a todas las almas devotas y fieles, y sumérgelas en el mar de Mi misericordia. Estas almas Me consolaron a lo largo del Vía Crucis. Fueron una gota de consuelo en medio de un mar de amargura.
Jesús infinitamente compasivo, que desde el tesoro de tu misericordia les concedas a todos Tus gracias en gran abundancia, acógenos en la morada de tu compasivísimo corazón y nunca nos dejes escapar de él. Te lo suplicamos por el inconcebible amor tuyo con que tu corazón arde por el Padre celestial.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas fieles como herencia de tu Hijo y por su dolorosa Pasión, concédeles tu bendición y rodéalas con tu protección constante para que no pierdan el amor y el tesoro de la santa fe, sino que con toda la legión de los ángeles y los santos, glorifiquen tu infinita misericordia por los siglos de los siglos. Amén.


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