miércoles, 9 de noviembre de 2016

Una casa en común

Con Jesús por la mañana:
“Nuestras sociedades están experimentando, como nunca antes había sucedido en la historia, procesos de mutua interdependencia e interacción a nivel global, que, si bien es verdad que comportan elementos problemáticos o negativos, tienen el objetivo de mejorar las condiciones de vida de la familia humana, no sólo en el aspecto económico, sino también en el político y cultural. Toda persona pertenece a la humanidad y comparte con la entera familia de los pueblos la esperanza de un futuro mejor”. (Papa Francisco) Me dispongo este día a ver a todos los que encuentro como hermanos, ofrecerles una sonrisa, palabra de aliento o cualquier ayuda que necesite y rezar especialmente por los refugiados.

Con Jesús durante el día:
“Jesús dijo: no conviertan la casa de mi padre en un mercado” (Jn 2,16) Jesús nos anima a expulsar de nuestros corazones eso que nos impide ser verdaderamente su casa. Y ser constructores con El de una verdadera casa común. Pídele al Señor la gracia de ser hermano de todos.

Con Jesús por la noche:
Da gracias y pide luz. Pienso en todas las personas con las que me encontré ¿Pude darles una sonrisa a todos? ¿A quiénes pude ayudar?


Fuente: El evangelio en casa

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