Sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, conocimiento y temor del Señor: seguramente esta lista te resultará conocida, y es probable que la hayas memorizado en tu Confirmación.
Los dones del Espíritu Santo son en realidad virtudes concretas que tú puedes esperar que se materialicen en tu vida. Son herramientas prácticas que Dios te ha dado para ayudarte a llevar una vida victoriosa y llena del Espíritu Santo. Están en tu mochila espiritual, esperando que las saques y aprendas a usarlas.
Algo que vas a descubrir es que cuando saques una de estas herramientas o trates de aplicar un don espiritual, Dios vendrá y te ayudará; te dará la fortaleza necesaria para alejarte de la tentación; llevará a tu mente una “palabra de sabiduría” para usarla cuando algún amigo o ser querido se encuentre en una encrucijada y no sepa cómo actuar. Te dará fortaleza para no ceder a la tentación. Lejos de ser virtudes abstractas, los dones del Espíritu Santo se nos han dado como herramientas muy prácticas, como parte de nuestro equipo de trabajo. Procura quitarles el polvo y usarlos de diferentes maneras para que te ayuden en la vida cotidiana.
Por ejemplo, de la siguiente manera: digamos que tu hijo está pasando por una etapa de rebeldía y desorientación en su vida, y te está haciendo sentir como que quieres explotar. Saca de tu mochila la herramienta del entendimiento, haz oración para saber cómo actuar para ayudar a tu hijo en este momento, trata de anticipar una situación que tal vez es difícil para los dos y decide por anticipado cómo vas a encararla.
Pídele al Espíritu Santo que te ayude encontrar el equilibrio correcto entre la corrección y las palabras de aliento. Al final del día, analiza la situación y ve cómo Dios te fue ayudando a usar este don. Quizá sorprenderás a tu hijo al hacer contacto con él de una manera nueva. Quizás necesitas pedirle perdón a tu hijo por algo que dijiste o no hiciste para él. Pídele al Espíritu Santo que te muestre qué es lo que conviene construir o perfeccionar mañana.
Mientras más lo practiques, mejor encontrarás a Aquel que prodiga los dones y que trabaja junto contigo.
“Gracias, Espíritu Santo, por los dones que me has concedido. Ayúdame a aprender a ponerlos en práctica para ayudar a construir tu Reino.”
Salmo 72(71), 1-2. 7-8. 12-13. 17
Lucas 10, 21-24
Fuente Devocionario La Palabra con nosotros
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