Con Jesús por la mañana.
Los “finales” suelen ser tiempos en los que el cansancio acecha y algunas sorpresas pueden arrebatarnos la paz del corazón. La invitación, pues, es estar atentos y vigilar para no dejarnos sorprender. Los “finales” son tiempo de volver a la paz del corazón y prepararnos para un nuevo comienzo. ¿Cómo está tu corazón en este tiempo? No permitas que nada te quite el amor y la paz que te habitan. Recupera las experiencias que te han dado paz, vuelve a pasarlas por el corazón y apunta lo que descubras. Ofrece lo de hoy por la intención del mes.
Con Jesús por la tarde.
“Así pues, del mismo modo ustedes, estén prevenidos porque no saben cuándo va a llegar el dueño de casa, si al anochecer o a media noche o al canto del gallo o de mañana” (Mc 13, 35). ¡Presta atención! Continúa examinando las experiencias de paz y apuntando lo que descubras en este tiempo. Cuida la paz del corazón. Repite al ritmo de tu respiración: ¡Oh Señor, que sea un centinela atento y paciente!
Con Jesús por la noche.
Pon un nombre a tu semana. Tómate un tiempo tranquilo y mira tu semana. Recorre cada día. ¿Qué momentos han sido los más significativos para ti? ¿Por qué? ¿En qué momentos has sentido paz? ¿En cuáles no? Si puedes reconocer estas variaciones tendrás mayor claridad para cuidar la paz de tu corazón. ¿Cómo llamarías a tu semana? Disponte a iniciar una nueva semana con buen ánimo.
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