sábado, 23 de febrero de 2019

Cristificados








“El Espíritu Santo nos cubre con Su sombra y nos transfigura para que seamos Cristificados. Desde el día de nuestro bautismo, cuando recibimos ese espíritu de santidad, hasta el día de nuestro nacimiento definitivo, cuando contemplaremos a Dios cara a cara, vamos siendo tejidos en el útero de Dios, en su misericordia, vamos siendo transformados en otro Cristo, de manera que podamos decir cada día: “Yo vivo, más no soy yo quien vive, es Cristo que vive en mi, yo hablo pero no soy yo quien habla, es Cristo que habla en mi; yo amo, mas no soy yo quien ama, es Cristo quien ama en mi”; y que podamos decir, como un día dijo el apóstol Pablo: “Para mi, vivir es Cristo”.

Cfr. Mc 9, 2-13
p. Joãozinho

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