domingo, 24 de febrero de 2019

Meditación: Lucas 6, 27-38

Amen a sus enemigos. (Lucas 6, 27)

Hoy leemos en el Evangelio que Jesús, nuestro Redentor, nos pide que lo amemos. ¿Por qué? Porque a pesar de que estábamos perdidos en el pecado y no conocíamos su amor, Cristo entregó su vida perfecta para rescatarnos de la muerte y la oscuridad eternas.

Todos nos sentimos inclinados a tratar con cariño a los que son amables y bondadosos con nosotros; eso es lógico, pero ¿cómo puede uno amar a sus enemigos, a los que nos han maltratado, ofendido o perjudicado intencionalmente? Llamamos enemigos a quienes procuran dominarnos y perjudicarnos o incluso destruirnos; pero, aun si la hostilidad no se manifiesta más que en una drástica divergencia de puntos de vista, en creencias religiosas opuestas o en distintos orígenes étnicos, siempre debemos amar en forma completa, porque en Cristo todos somos hijos de Dios, beneficiarios de su gracia y herederos de su Reino.

¿Te está diciendo el Señor que ames a Dios siempre con todo tu corazón y todas tus fuerzas? ¿Te pide que lo ames a él y al prójimo con absoluta fidelidad? Esto sería imposible si él no hubiera venido a habitar en tu corazón y amar a otros por intermedio tuyo. Pero Jesús no nos pide “sentir” el amor al prójimo; solamente que estemos dispuestos a obedecer su palabra. Cada vez que tú trates a los demás como te gustaría que ellos te trataran a ti, no importa cómo te sientas, la gracia de Dios estará fluyendo a través de tu persona.

Siempre, día tras día, podemos confiar en la siguiente verdad: Dios nos ama. Una y otra vez nos dice el Señor, “Tus pecados quedan perdonados. Ve y no peques más.” Examínate el corazón y perdona a tus enemigos. Lo que Jesús nos pide no es demasiado, y si estamos dispuestos a obedecerle, él nos hará hijos del Altísimo y partícipes de su amor para manifestarlo incluso a los ingratos y a los egoístas (Lucas 6, 35).
“Espíritu Santo, Señor, enséñame a amar a mis enemigos. Te ruego por todos mis hermanos y también por los que no me tratan bien.”
1 Samuel 26, 2. 7-9. 12-13. 22-23
Salmo 103, 1-4. 8. 10. 12-13
1 Corintios 15, 45-49

fuente: Devocionario Católico La Palabra con nosotros

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