sábado, 19 de septiembre de 2020

SE MULTIPLICARON LOS FRUTOS


“Se multiplicaron los frutos”

Tú eres el servidor de Dios, un administrador a favor de tus compañeros de trabajo. No creas que todos los bienes que posees están destinados a tu propio consumo. […] Hombre, imita la tierra; produce frutos como ella; no te muestres más estéril que una materia inanimada. La tierra misma no madura sus frutos para gozar de eso, sino para ser útil para tu servicio. Y tú, eres en efecto quien recoges los frutos de tu generosidad, ya que la recompensa de las buenas acciones recae sobre los que las hacen. Diste de comer al hambriento; lo que diste vuelve a ti, con intereses.

Así como el grano echado en el surco aprovecha al sembrador, lo mismo el pan dado al hambriento te produce, más tarde, una ganancia inmensa. Cuando llega el tiempo de la cosecha sobre la tierra, es entonces el momento para ti de sembrar allá arriba en el cielo: "Sembrad con justicia" (Os 10,12). ¿Por qué tanta inquietud? ¿Por qué estas preocupaciones y esta diligencia en enterrar tu tesoro? "El buen nombre es más deseable que grandes riquezas" (Pr 22,1).


San Basilio (c. 330-379)
monje y obispo de Cesárea en Capadocia, doctor de la Iglesia
Homilía 6 sobre la riqueza; PG 31, 262s

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