miércoles, 30 de septiembre de 2020

TE SEGUIRÉ ADONDE VAYAS


“Te seguiré adonde vayas” (Mt 8,19)

Tú, alegría desbordante de mi espíritu, tú, alabanza de mi corazón y mi boca, mi Jesús: te seguiré adonde vayas. Cuando hayas reivindicado para ti mi corazón y lo hayas poseído como propio, jamás en el mundo me serás quitado. (…)

“Así son los que buscan al Señor, los que buscan tu rostro Dios de Jacob” (Sal 23,6). (…) 

Dulce Jesús, hazme inscribir y contar entre la raza de los que te conocen, Dios de Israel. En la raza de quienes buscan tu rostro, Dios de Jacob. En la raza de los que te aman, Dios de los ejércitos. Por gracia, haz que teniendo manos inocentes y corazón puro, reciba bendición y misericordia de ti, oh Dios de mi salvación. (…)

Cordero de Dios, en la vía dónde camino, toma mi mano derecha, para que no desfallezca. Cordero de Dios, lo que comencé en tu Nombre, haz que fielmente lo cumpla gracias a tu ayuda. Cordero de Dios, que mis pecados no sean un obstáculo, sino que tu misericordia me haga progresar en todas estas demandas. ¡Oh Cristo escúchame! Y a la hora de mi muerte, alégrame en tu salvación.



Santa Gertrudis de Helfta (1256-1301)
monja benedictina
Ejercicios espirituales IV (SC 127. Œuvres spirituelles, Cerf, 1967), trad. sc©evangelizo.org

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