lunes, 6 de octubre de 2014

TE BASTA MI GRACIA

«Créeme, hijito, que precisamente por esto te tengo como siervo de Dios y has de saber que mientras mas tentado seas, tanto más te quiero. Nadie debe tenerse por siervo de Dios si no ha pasado a través de las tentaciones y tribulaciones. La tentación vencida es en cierto modo el anillo con el cual el Señor desposa al alma de su siervo. Muchos se complacen por los méritos adquiridos en largo años y se alegran de no haber sufrido estas tentaciones; pero sepamos que este es un indicio de que el Señor ha tenido en cuenta su debilidad espiritual, ya que aun antes de la batalla el solo terror hubiera bastado para vencerlos. En efecto, no se suscitan duros combates, sino contra quien posee una fuerza de ánimo a toda prueba».
Tomás de Celano
Biógrafo y co-hermano de San Francisco de Asis.

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