viernes, 24 de abril de 2015

4 verbos

En el proceso de seguimiento de Jesús
existe un momento en que tomamos conciencia del "cambio de raíz"
que se está dando en nuestras vidas.
A veces es un proceso lento, apenas perceptible.
Un proceso que se da en el sustrato más hondo,
ahí donde están las raíces mismas de nuestro ser.
Otras veces es un proceso más notorio,
como el que no hoy narra la primer lectura al presentarnos
la "metamorfosis" de "Saulo de Tarso en Pablo"

Nos dice la Escritura que se oyó una voz...
«Soy Jesús, a quien tú persigues.
Levántate, entra en la ciudad, y allí te dirán lo que tienes que hacer.»

¿Estas experimentando el paso de Dios en tu vida?
¿Estás viendo acontecer un cambio radical y no sabes qué hacer?

Presta atención a los verbos:
"Levantar(se)" - "entrar" - "decir" (por lo tanto "escuchar") - "hacer"

Lo primero es "Levantarte".
Te encuentres donde te encuentres, ¡levántate!.
Es necesario ponerse de pie. Calzarse la vestidura del adulto que asume 
su situación, su realidad. Que no escapa. 

"Entrar" ¿Dónde?
Saulo entró a la ciudad. Nosotros a la hondura de nuestro corazón.
Al santuario interior. Al lugar donde es posible "escuchar".
y luego, sólo luego, esperar la voz que "diga" qué hacer.

¿Eres alguien que viene caminando la senda de Jesús hace tiempo?
Acaso, ¿estas sintiendo el cansancio y el peso de lo años de batallas?
Entonces te invito a fijar tu atención en éste versículo:

"Aunque tenía los ojos abiertos, no veía"

Hay un momento en que, como Saulo, ya tocado por la Gracia,
ya tumbado de su caballo, aún teniendo los ojos abiertos, no vemos.
Es posible estar en el camino con los ojos abiertos y no ver.
Es posible perder la capacidad de ver las cosas de Dios.
Es que, cuando abrimos la ventana de los ojos, a otras realidades lejanas a Dios,
hay una capacidad espiritual que se desvanece.
¿eres consciente de las ventanas que has abierto?
Si no encuentras respuestas concretas entonces es
tiempo de resguardarse.
"Entrar" nuevamente al santuario interior que abandonamos.
Y ahí, en ése silencio, esperar y desear ardientemente la visita de nuestro "Ananías".

Dios te Bendice!
Miguel
Comunidad Piedras Vivas.


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