martes, 7 de abril de 2015

¡Sólo vencemos por el amor!

Ningún otro camino guía la vida,
excepto lo del amor

En el viaje a Tierra Santa, en mayo de 2014, en la ciudad de Jerusalén, el Papa Francisco y el Patriarca de Constantinopla, Bartolome, se encontraron en el lugar más importante para los cristianos: El Santo Sepulcro o Iglesia de la Resurrección, -como le llaman los cristianos de Oriente-, porque allí fue derrotada la muerte y la luz de Cristo venció la oscuridad.
Al llegar allí, el Patriarca exclamo: “Nos encontramos en el lugar donde el Señor sufrió: El túmulo de donde la vida surgió. La historia no puede ser programada, su ultima palabra no pertenece al hombre, sino a Dios. Los guardias del poder secular custodiaban en vano esta tumba. En vano pusieron una piedra grande en la entrada de manera que nadie consiguiera arrastrar.
¡Solo por el amor se vence!

Cualquier esfuerzo de la humanidad contemporánea para moldear su futuro de forma independiente, sin Dios, es solo una presunción. Esta Tumba Sagrada nos invita a rechazar otro miedo, a menudo el más difundido en la era moderna: el miedo "a los demás", aprensión de tener otra fe, otra religión, otra confesión.. El fanatismo religioso amenaza la paz, donde el mismo don de la vida es sacrificado en el odio religioso. El mensaje que emana de la tumba que da la vida es urgente y claro: “Amar el prójimo con sus diferencias,  a tu vecino, que sigue otra fe y confesión"
El Papa Francisco destacó en sus palabras:  “Es gracia extraordinaria estar aquí reunidos en oración. La Tumba Vacía… es el lugar de partida de la resurrección: ‘Túmulo Vacío… es o lugar de partida de la resurrección: ‘No tengan miedo, buscan a Jesús, el crucificado, El resucito como dicen las Escrituras: Vean, este es el lugar donde lo pusieron, vayan, digan a sus discípulos: El resucitó de entre los muertos’ (cfr Mt 28, 5-7). Este anuncio es el corazón de la mensaje cristiano, fielmente pasado de generación en generación… es el fundamento de la fe que nos une, porque juntos profesamos a Jesucristo, Hijo único del Padre y nuestro único Señor”.
Ambos tienen consciencia que solo por el Espíritu Santo se conseguirá dar pasos hacia la unidad; las diferencias no deben impedir a los creyentes contribuir al ejercicio de buscar lo que une; la esperanza y la fe mueven montañas. Bartolome dijo a Francisco: “Ningún otro camino guía la vida, excepto el del amor, de la reconciliación, de la paz, y de la fidelidad autentica a la verdad”. Ambos se rodillaron en oración delante del misterio de la muerte y resurrección del Maestro, que sigue haciendo el llamado para que todos sean uno, ‘para que el mundo crea’.
En éste mismo momento ¡Oremos por los Cristianos del mundo entero y hagamos nuestra parte, porque Cristo Resucito, verdaderamente! ¡Aleluya!

Luzia Santiago
Co-Fundadora comunidad Canción Nueva.
fuente: portal Canción Nueva en español.
Adaptación del original

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