viernes, 24 de abril de 2015

VUELVE AL BUEN COMBATE

Estamos constantemente en combate. En un campo de combate, aunque heridos, estamos en la guerra. A veces, luchamos con armas de largo alcance contra el enemigo, pero muchas otras, con una espada pequeña.


Quien comanda este combate es Dios, es Él quien da el toque para avanzar o para retroceder, inclusive, muchas veces, hace falta huir para no morir, todo en un combate es estrategia. No podemos estar durmiendo, entregados a las pasiones, a las seducciones, pues todos los días tenemos una batalla. Combatir el buen combate es ocuparnos de la batalla de cada día, sin prendernos en lo que ya pasó, sin “pre-ocuparnos” con lo que todavía no sucedió. Tenemos que preocuparnos con la batalla de hoy y la misma Palabra de Dios nos los dice. (Ef 5, 15-20).

combatespiritual

Hermanos, el combatiente debe estar vigilante con su lucha, no puede dormir. En todas las áreas de nuestra vida, no sólo en lo espiritual, no podemos tener conducta de insensatos. Una persona ociosa, no se preocupa con el problema del tiempo presente, ocupar ociosamente el tiempo es ocuparnos con los problemas propios de cada día.
Dios tiene un designio, un proyecto, un plan para ti y la voluntad de Dios es tu santificación y, para eso, hace falta estar en este camino constantemente. Tenemos que estar atentos con nuestra conducta y con la conducta de nuestros hijos. Preocúpate con el día de hoy, pues la voluntad de Dios es tu santificación y tu conducta no puede ser de insensato, pues tu santificación es un designio de Dios.

Quien se expone se compromete y quien se compromete madura. La voluntad de Dios es buscarlo, experimentarlo. Tu deber llevar todo lo que experimentaste a tu casa, pues tu casa aguarda ansiosa tu vuelta, allí tú tienes una misión.
El problema nunca cambia de tamaño, sino nosotros, buscando nuestra santificación. Tú tienes una misión al volver a casa, después de éste campamento, pues volverás armado. Volverás revestido de casco, de armadura. Revístete del Santo Espíritu. Tu casa, tu trabajo, tu familia son buenos combates.
Estás dentro de una estrategia de Dios, Él te está sacando, con esta lectura, del campo de batalla y te llevó a la enfermería. Los sacramentos son los remedios de los cristianos católicos, estás siendo bien tratado para volver a casa a combatir en tu campo de batalla.
Pero debes estar atento, no debemos embriagarnos con las pasiones del mundo, con el odio, con la rabia, con las lujurias, con los proyectos personales. Dios te está pidiendo, ahora, la sobriedad para que vivas los designios de Dios, el proyecto de Dios.
¿Quieres exterminar el enemigo, quieres aniquilarlo? Transfórmalo en amigo, pero para eso hace falta luchar, trabajar, amar al enemigo, y sólo llegamos a ese grado, si hacemos lo que nos gustaría que nos hicieran a nosotros. Ahí está el arma.
Somos minoría y siempre seremos menos, pero somos como sal o como fermento, con poca cantidad ya se da sabor y hace crecer.
En tu campo de batalla debes ser una referencia, pues pueden querer burlarse de ti por tu nueva actitud, pero después serás respetado, considerado, admirado y, por fin, serás una referencia. ¿Por qué existen tantos hijos perdidos? Porque el padre o la madre no fueron una referencia. En un lugar donde hay referencia, nadie se pierde. Tú serás referencia.
Hace falta que estés atento, vigilante pues serás tentado por la propia concupiscencia y en muchos momentos será necesario retroceder, en el momento oportuno, el propio Dios te dará orden de retroceder.
Hermano, tienes un largo camino para andar, Dios quiere curarte. Hoy Dios quiere curarnos para que volvamos sanos al campo de batalla. Pero ni todo será curado hoy, por eso ve y camina. Por el camino, Dios curará todas tus heridas, te curará en el campo de batalla.
Dunga
Comunidad Canción Nueva

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