jueves, 31 de marzo de 2016

Vivir, revivir y replantear

Cuando quiero vivir lo nuevo, también se renueva todo

En este tiempo de Pascua, del memorial de la Pasión de Cristo, tan llena de significados y misterios, me refiero a los pensamientos de aquellas personas que me buscan en el consultorio o incluso en las conversaciones informales, en los correos electrónicos y comentarios en el blog para hablar de sus angustias y de la voluntad de vivir el nuevo.



Vivir lo nuevo, muchas veces, es revivir, incluso emocionalmente, aquellos dolores que nos consumen por un tiempo, pero de los cuales tenemos que quitar solamente las lecciones necesarias para seguir adelante. Con esto, no quiero que pienses que estoy dispensando tu sufrimiento, por el contrario, quiero que tú hagas conmigo una reflexión sobre lo que eres, lo que piensas, o lo que viviste y lo que a ti te gustaría retomar en la Pascua de tu vida.

Vivir la novedad de la Pascua es replantear, darle un nuevo significado a tus caminos con un intenso deseo de transformar tu vida. Si tienes dolor y resentimiento, ¿por qué no perdonar? ¿Por qué no darle una nueva oportunidad a aquella amistad que creías haber perdido? ¿Por qué no resucitas el matrimonio que no tenías más esperanza de retomar?

Si hablamos de la misericordia de Dios, acepta que Él, en la figura del sacerdote, perdone tus faltas, acepte el acto del perdón en tu vida. Tenemos memoria, por eso no vamos a olvidarnos, pero no hagamos de esto un marco de dolor y de condenación eterna en nuestras vidas.

Si buscas convertirte en lo que menos te gusta, de los comportamientos de los cuales quieres librarte, sigue firme en un propósito, pero no intentes huir o actuar con comportamientos de fuga ante la primera dificultad. Puede ser difícil, pues el camino tendrá muchas piedras, pero tú vas a recoger frutos sabrosos al continuar en este camino. Es en este momento es que entra tu fe en Aquel que te fortalece y te da la fortaleza en el camino. Fe en aquel tratamiento médico que haces; pero al cual no le das tanta confianza; fe que tu perseverancia hará que encuentres un nuevo trabajo para sustentarte a ti y a tu familia. Sin embargo, también hay un factor muy importante para que todo esto suceda: no importa tu fe, si no persistes, si no persigues tu objetivo.

No seas un espectador de tu propia vida; si está difícil, busca ayuda; si levantarte es más pesado de lo que puedes soportar, levanta tus manos, deja de lado tu orgullo y pide ayuda. El consuelo vendrá, muchas veces de donde menos crees. No quieras resolver todas tus necesidades de una vez. Organiza tus pensamientos, pon en un papel las cosas que te gustaría hacer para vivir mejor, pon prioridades, imagínalas paso a paso; no quieras que todo se transforme en un abrir y cerrar de ojos.

Sé, en esta Pascua, un testimonio de vida nueva.
Usa la fe y actitud que, tantas veces, incentivas en los demás, pero que no tienes coraje de asumir para ti. Vive intensamente esta Pascua, no solamente como un evento católico o una fiesta para celebrar e intercambiar chocolates, vive cada minuto de tu vida como una verdadera Pascua para la vida entera.

Elaine Ribeiro
Colaboradora de la comunidad Canción Nueva
fuente Portal Canción Nueva

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