sábado, 21 de mayo de 2016

RESONAR DE LA PALABRA 21052016

Evangelio según San Marcos 10,13-16. 
Le trajeron entonces a unos niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron. Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: "Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él". Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos.

RESONAR DE LA PALABRA
Alejandro Carbajo, cmf
Queridos amigos, paz y bien.

Termina la Carta de Santiago con una serie de peticiones a su comunidad, en algunos momentos concretos: la enfermedad y la reconciliación. Orar con fe puede sanar. Tenemos que rezar con confianza, sabiendo que nos escuchan, depositando en la oración nuestras esperanzas y presentado nuestros retos.

La oración nos lleva a vivir en contacto con Cristo resucitado, a sentirle cerca y a compenetrarnos con Él. Y así poder vivir cada vez más como Dios quiere. Rezar por los buenos, y rezar por los malos, por los que están cerca y por los que están lejos. Rezar y rezar, poniendo alma, corazón y vida en la oración.

Y Cristo en el Evangelio abre nuevos caminos, acogiendo a los niños. Los pobres, las mujeres, los marginados, los niños… Esos son los favoritos del Señor. Quizá aquí ya sería posible detenerse, dar tiempo a los lectores para que piensen (pensemos) quiénes son nuestros favoritos, por quién rezamos, de quién nos acordamos en nuestros encuentros con Cristo.

Que el Espíritu nos ayude a vivir cada día más en unión con la Santa Trinidad, que mañana recordaremos. Que amemos como el Padre ama al Hijo, y el Hijo al Espíritu, para poder ser verdaderos discípulos. Sin excluir a nadie. Y sufriendo y alegrándonos con todos. Que nuestra oración sea verdadera, sincera, profunda, abierta a todos, como la de Cristo. Y que cada día sintamos que Él está cerca. De nosotros y de nuestros seres queridos. De todos.

Tu hermano en la fe, Alejandro, C.M.F.
fuente Comentario Ciudad Reconda

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