Al dejar las sombras de la noche,
cuando mi vida se planta de frente a un nuevo día,
me abro a la Luz de Tu Presencia.
Ven! Permíteme clamar Contigo,
desde Tus entrañas en mis entrañas,
el Nombre Santo de Jesús.
Quebranta mi soberbia,
nubla mis sinrazones,
apacienta mis inquietudes.
Sólo deja en pie, segura y a resguardo,
la certeza de Tu Amor.
Amor que no pasa,
Amor confiado y sereno.
Y al andar el día haz crecer en lo hondo
la conciencia, la certeza...
¡El Reino está cerca!
¡El Reino está cerca!
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