Qué difícil es acoger a la gente tal y como es, con todo lo bueno y herido que hay en ella. Los padres esperan mucho de sus hijos; los esposos esperan mucho el uno del otro. En El Arca, un responsable de hogar espera mucho de un asistente nuevo. Si nos creamos una imagen del otro y no se corresponde con la realidad, nos decepcionamos y tendemos a rechazarlo. ¿No es lo mismo cuando una madre da a luz a un hijo con una deficiencia? No se ajusta a sus sueños. Muy a menudo, puede no aceptarlo. La imagen que tenemos del otro , o la imagen de lo que quisiéramos que fuera, impide la comunión. Ésta hecha raíces en la realidad, no en los sueños. No podemos estar en comunión con alguien si no lo aceptamos como es.
Jean Vanier , Cada persona es una historia sagrada, P 91
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