viernes, 26 de enero de 2018

DIOS RESPONDERÁ

DIOS YA SABE COMO VA A RESPONDERTE


A Quien está sufriendo no le importa si va a recibir de Dios una bendición, una sanación o un milagro. Como David, quien sufre quiere ser atendido: “Este pobre pidio socorro y el Señor lo oyó, librándolo de todas sus angustias” Salmo 34,7. Quien se siente herido y sobrecargado quiere alivio. Y el Padre de los Cielos, que tiene incontables medios para socorrerlos, ya sabe como responder a cada oración. El nunca se deja vencer en generosidad, por eso podemos alabarlo aún antes de ver cualquier resultado. Su gracia vendrá y no fallará.

Recuerdo una vez que comenzamos un retiro con la Santa Misa transmitida por la televisión, y, al orar por las personas que estaban padeciendo con enfermedades y tribulaciones, el Espíritu Santo nos dio varias palabras de conocimiento sobre lo que estaba realizando en medio de nosotros. Una de esas palabras fue dada al sacerdote que presidía la celebración y decía así:

-El Señor esta dando a usted que sufre de insomnio la gracia de un profundo reposo en el Espíritu Santo a partir de esta Eucaristía. Usted dormirá y descansará como hace muchos años que no lo consigue hacer.

Al día siguiente, una señora que acompañaba por la televisión nos escribió: “Quiero dar un testimonio. Estoy asistiendo al retiro por la TV. Ayer, al finalizar la misa, el padre proclamó el reposo en el Espíritu para las personas que sufren de insomnio. Dijo que esa sería una noche de sueño tranquilo y reparador. Sufro de ese mal, por varios motivos, hace mucho tiempo. Es raro que me duerma antes de las 2 de la mañana y me despierte después de las 5, aún así me levanto cansada, como si hubiese arrancado pastos toda la noche. Pues entonces… después de la oración dormí la noche entera, desde las 23 horas hasta las 7.30 de hoy. Y me encuentro descansada como hacía años no sucedía. ¡Gloria a Dios por eso!

El alivio que los tratamientos y remedios no pudieron darle, se los dio el Señor Jesús, el mismo que prometió: “Vengan a mi… y encontrarán descanso” (cfr. Mt 11,28) Sólo quien no consigue descansar sabe el valor de una noche bien dormida.

ORACIÓN PARA QUIEN SUFRE INSOMNIO

Padre amado, en nombre de Jesús revigoriza todo mi ser. Restablece mis fuerzas físicas y espirituales. Llena mi corazón con Tu Espíritu Santo y concédeme la liberación emocional y afectiva que tanto necesito.

Quiero, en esta hora, proclamar con tu Palabra: “Me acuesto en paz y en seguida me duermo, porque solo Tú, Señor, aseguras mi descanso” Salmo 4,9.

Tu Señor me da seguridad. Solamente tu puedes penetrar las profundidades de mi intimidad. Tu sabes cuando y por qué comenzó toda esta dificultad para dormir. Padre, derrama Tu Espíritu Santo sobre las raíces de ese insomnio y sobre todo lo que genera perturbaciones en mi descanso.

Deshace los daños causados por este mal. Disuelve en la Sangre Redentora de Tu Hijo, Jesús el nudo del cansancio, de la angustia, de la preocupación, de la tristeza y de la depresión, renovando las fuerzas de mi cuerpo, de mi corazón y de mi espíritu. Como hijo amado y querido que soy, me coloco bajo tus cuidados. Tu Ángel está aquí conmigo, ahora y me protege. Restaurado por Ti, oh Dios, quiero amarte y servirte con alegría y disposición todos los días de mi vida.

Bendice a todos los que en esta hora, sufren el mismo mal y líbralos también. Dale, Señor, el consuelo de tu presencia.
¡Gracias, Padre querido, por estar siempre conmigo!
Amén!

Marcio Mendes
“Pasos para la sanación y liberación completa” – Editorial Canción Nueva
Adaptación del original en portugués

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