lunes, 23 de diciembre de 2019

Navidad, esperanza de nuestras familias

Nuestras carencias más hondas, nuestras mezquinas miradas, nuestra natural incapacidad para abrirnos y abrir senderos de perdón se revelan cuando alrededor de una mesa no están sentados todos aquellos que, por vínculos de amor, deberían estar.

¿Es que será siempre así?

Es lo propio de un bebé recién nacido “congregar”, “unir en torno”. La frescura, la mirada descontaminada de todo prejuicio, agrupa a los distantes. Aproxima, centraliza.

Mucho más que eso es lo que ocurre cuando Jesús está en medio de una familia, cuando la Navidad se edifica en los corazones de una familia.

El Pequeño Niño trae consigo el presente que anida en el Corazón de la Trinidad. Él se vuelve “presente”, regalo amoroso del Padre. Y en Él se encarna la Unidad misma.

¿En tu mesa falta alguien?

¡Vuelve a Jesús! Deja a Jesús nacer y desplazar todo rencor, toda incomprensión. El es capaz de romper el círculo vicioso de la división.

Permítele hacer en el seno de tu casa el milagro que haga de esta Navidad la mejor navidad de tu vida.

¡Maranatha!
Miguel Angel Yunges
Comunidad Piedras Vivas

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