lunes, 12 de agosto de 2013

Curados para adorar

Curados para adorar 
Los santos padres son aquellos que vinieron después de los apóstoles, decían que el mismo Jesús que actúa en la Eucaristía, actúa también en la Palabra. Por eso pedimos: "Cúrame, Señor, porque sé que Tú estás en la Palabra"

Curados para adorar, adorar para ser curados. "Sín, Señor, yo quiero ser curado para adorarte, solamente a Tí y servirte para ser curado".

"Cuando Jesús regresó en la barca a la otra orilla, una gran multitud se reunió a su alrededor, y él se quedó junto al mar. Entonces llegó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verlo, se arrojó a sus pies, rogándole con insistencia: «Mi hijita se está muriendo; ven a imponerle las manos, para que se cure y viva». Jesús fue con él y lo seguía una gran multitud que lo apretaba por todos lados. Se encontraba allí una mujer que desde hacía doce años padecía de hemorragias. Había sufrido mucho en manos de numerosos médicos y gastado todos sus bienes sin resultado; al contrario, cada vez estaba peor. Como había oído hablar de Jesús, se le acercó por detrás, entre la multitud, y tocó su manto, porque pensaba: «Con sólo tocar su manto quedaré curada». Inmediatamente cesó la hemorragia, y ella sintió en su cuerpo que estaba curada de su mal. Jesús se dio cuenta en seguida de la fuerza que había salido de él, se dio vuelta y, dirigiéndose a la multitud, preguntó: «¿Quién tocó mi manto?». Sus discípulos le dijeron: «¿Ves que la gente te aprieta por todas partes y preguntas quién te ha tocado?». Pero él seguía mirando a su alrededor, para ver quién había sido. Entonces la mujer, muy asustada y temblando, porque sabía bien lo que le había ocurrido, fue a arrojarse a sus pies y le confesó toda la verdad." Marcos 5,21 ss

'La solución de nuestros problemas está en Nuestro Señorr'
Foto: Flávio Costa
Mira esa mujer, estaba enferma hacía doce años, ya había gastado todo lo que tenía. Sólo había oído hablar de Jesús, ella no lo conocía, y éste no es tu caso, vos tenés mucho más conocimiento de Jesús que aquella mujer, entonces, ¡presenta tu imposible a Él!

Imagina aquella mujer con un sangrado crónico, y en la cabeza de los judíos, una mujer así era para ellos una mujer impura; ella no podía siquiera tocar a las personas, ni tocar ni ser tocada, pues en la mentalidad de ellos una persona impura también estaba apartada de Dios. Cuando alguien está enfermo o en pecado Dios no se aparta, muy por el contrario, él la persigue, así como hizo con la oveja perdida. En la mentalidad de ellos aquella mujer era rechazada por Dios y la culpa era de ella. Ahora imagina los sentimientos de ella, sentimientos de rechazo, de culpa.

Es el Señor quien te dice hoy, porque yo sólo soy el transmisor, sea lo que sea que hayas hecho, o lo que te hallan hecho, que te hace sentir culpado, culpada, con vergüenza de Dios, de sentirte rechazado por Dios, ¡eso no es verdad!, porque Él no te rechaza. Entonces coloca ahora a los pies de Jesús ese sentimiento.

' Señor yo quiero ser curado para adorarte sólo a Ti'
Foto: Flávio Costa
Mira la fe de aquella mujer que apenas había oído hablar de Jesús. Mi hermano, hoy el Señor quiere levantar tu fe. Tal vez te fuiste acostumbrando a esos sentimientos, tal vez ya no crees más, y ahí está el desastre. La gran sanación que el Señor quiere hacer es la sanación de tu fe.

Esta Palabra que estamos compartiendo está haciendo efecto, está aconteciendo allá con aquella mujer y aquí está aconteciendo contigo. Mis hermanos, ella ni tocó a Jesús, ella tocó los flecos de su manto.

Mira a Jesús, Él te está tocando, Él está tocando tu dolencia, o tocando aquella persona por la que estás pidiendo. Entonces, toca a Jesús, y cree que Jesús te está tocando. Mientras la mujer contaba a Jesús su história, llegó alguien con la noticia de que la hija de Jairo había muerte. Imagina lo que pasó en el corazón de Jairo. Pero oyendo Jesús la noticia, Él dijo: "No temas, solamente cree!"

Jesús necesitaba desenredarse de aquella multitud y después Él necesitaba apenas de personas de fe cerca de Él. La noticia fue clara, y la voz de Jesús también: "No temas, solamente cree!". Mis hermanos en ese momento Jairo no podía oír la voz de la lógica, que era la voz de las personas que le habían dicho, "No incomodes más al Maestro, vuelve a tu casa". Había otra voz, que era la Palabra de Jesús, y éso es lo importante.
Es claro que en las cuestiones humanas tenemos que estar atentos a la lógica, pero en cuestiones de fe no podemos oír la palabra de la lógica. Es el momento de oír, de guardar, de dejar que la Palabra de Jesús haga su efecto.

Imagina ésta escena, Jesús tomó la mano de la pequeña y dice: "Talita-Kumi!" y la pequeña inmediatamente se levantó y se puso a caminar. Entonces dentro de Jairo sucedieron tantas cosas, pero la voz de Jesús resonaba dentro de él y él creyó.

Mons. Jonas Abib
Adaptación y traducción del original en português sobre una transcripción de Célia Grego
Fuente: www.cancaonova.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario