martes, 22 de julio de 2014

Músicos inspirados por Dios

Si observas los salmos que hablan al respecto de la venida del Señor, en especial los salmos 96 y 98, verás que ambos comienzan así: "Cantad al Señor un canto nuevo" (Salmo 96). El salmo 98 comienza también diciendo: "Cantad al Señor un cántico nuevo, porque Él hace maravillas, su diestra y su brazo santo le alcanzaron la salvación. El Señor hizo notoria su salvación, manifestó su justicia delante de los ojos de la gente. Se acordó de su benignidad, y de su verdad para con la casa de Israel; los extremos de la tierra verán la salvación de nuestro Dios" Salmo 9,1-3



El Señor vendrá para gobernar la tierra y hasta que Él venga, porque está cada vez más próximo, necesitamos cantar esa canción nueva.

Nosotros, en la Comunidad Canción Nueva, podríamos llamarnos "Canto Nuevo". Podríamos no llamarnos más Canción Nueva, porque es más popular. Nosotros fuimos creados para ser sal en la masa y la sal necesita salar. Fuimos creados también para ser fermento. Muchos otros fueron sal y no salaron, pero nosotros no podemos perder la esencia, no podemos ser "light". Necesitamos salar bien, necesitamos ser fermento fuerte para fermentar una masa enorme. El Señor no nos quiere apenas para cantar una canción nueva!

En apocalipsis 5,9 leemos: "Y cantaban un cántico nuevo diciendo: Digno es de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste muerto, y con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación" Por eso necesitamos yá, ahora, en esta tierra, cantar un cántico nuevo. 
Necesitamos ser el alto parlante de Dios. La música nunca es neutra, o ella viene del cielo o del infierno. O nos lleva a la bendición o a la maldición.
Música neutra no existe.

No pretendas quedarte en una situación limítrofe entre una cosa y otra. Adéntrate al canto nuevo, a la canción nueva y avanza! Quédate lejos de toda canción vieja que viene del infierno y te lleva para allá. Tal vez estés del lado de la canción vieja, de la canción del infierno, pero ella no viene del Espíritu Santo y sí del maligno. Sal lo más rápido que puedas de esa situación!
Querido músico, ya no puedes tocar en las oscuridades de la noche y en la iglesia, no puedes tocar en barcitos y a la vez en grupos de oración. Discúlpame, pero no dá para más mezclar esas dos músicas. Con todo respeto a todos los que componen esas músicas, un gran porcentaje de ellas no llevan, no conducen al cielo. Toda música mueve a la personas, mueve también nuestro sistema nervioso. Hasta los mismos sordos danzan, porque sienten la música en sus sistema nervioso.




"O propio Espíritu va a enseñarte a tocar,
a cantar y a componer" dice Monseñor


Música no es sólo letra, sino que es también ritmo que mueve a la gente. Hay músicas que "tocan" una parte muy importante del ser humano: la sexualidad. Músicas que hacen vibrar ciertas partes de nuestro cuerpo. Nosotros no podemos tener ritmos que muevan esas partes frágiles.
Si oyes un canto gregoriano, algo dentro tuyo va a vibrar. Hasta los simples salmos vibran en nuestro interior. Ellos nos dan paz, porque son cánticos nuevos. Por eso, cuando entras en un monasterio, aquella música resuena dentro de tu interior.

Depende de nosotros poner en nuestra corriente sanguínea cosas del cielo o del infierno. La música nos puede traer a Dios y su paz, pero también puede crear en nosotros revuelta, seducción, sexualidad y corrupción.

Músico que gusta de la música no puede vivir sin ella. El motor del músico es la música. Por el amor de Dios no te quedes oyendo esos Cds de otros tiempos. Para sacar todo los arreglos y variaciones no precisas de eso porque tienes la inspiración que viene del cielo.
Si eres músico, yo soy más que vos! Claro que no por gracia mía, sino de Dios. Cuando era joven, me quedaba solfeando las notas, cantando porque necesitaba aprender. Le había pedido a Dios que, si la música fuese útil a mi sacerdocio, que él me diese ése don. Y Él me dió el don de cantar. Tengo la voz muy ronca, pero el Señor usó mucho de ella. Soy padre de muchos músicos, y eso es una responsabilidad para mí. Por eso escucha hoy la voz del padre!

Nosotros que conocemos música percibimos cuando una cantora imita la voz de otra. Tú no precisas de eso! Consagra a Dios tu manera de tocar el instrumento y tu voz. El Espíritu Santo es genuino. Él es auténtico y genial. No necesitas estar imitando a ningún grupo. Canta en lenguas para ser inspirado por Dios. El propio Espíritu va a enseñarte a tocar y cantar y el compondrá.

Ya has visto lo que la música clásica hace con nosotros? Ella nos armoniza, coloca las cosas en su lugar, hasta nuestra misma salud. Ya la música del infierno nos mueve y nos desalinea.
Cualquier tipo de músico, sea cantante, baterista, instrumentista, violinista o quien hace las grabaciones- necesita tener discernimiento, porque nosotros no sólo servimos con la música, nosotros predicamos. No basta tener letra del aleluia o del cántico de comunión o de María; no sirve de nada que la letra diga de la pureza de ella si el timbre de la voz no viene del cielo. Además de movilizar el sistema nervioso, ella mueve nuestro psiquismo, y nuestra alma. La música llega donde las otras cosas no llegan, sea para el bien o sea para el mal.
Pide discernimiento y humildad al Señor para que puedas conseguir administrar la música del cielo. Un músico necesita tener intimidad con Dios, estar sintonizado con María, con los santos y con los ángeles. Necesitas ser una persona de profunda oración, sintonizando con el Espíritu Santo.



Prédica: "Músicos inspirados por el Espíritu Santo", de monseñor Jonas Abib.- 23 octubre de 2003
Fuente Portal Canção Nova.

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