lunes, 28 de julio de 2014

Sabiduría para discernir

Pidamos a Dios sabiduría para discernir entre el bien y el mal 2Pidamos a Dios sabiduría para discernir entre el bien y el mal   

Es el Espíritu Santo quien nos da la sabiduría necesaria para tener discernimiento, prudencia y para tomar las decisiones correctas.

El Reino de los Cielos es como un tesoro escondido en un campo. El hombre que lo descubre, lo vuelve a esconder; su alegría es tal, que va a vender todo lo que tiene y compra ese campo” (Mt 13,44).

La Palabra de Dios, que se anuncio hoy, nos ayuda a entender el valor, la importancia y el significado que el Reino de Dios tiene para nosotros. Comparar el Reino de Dios con un tesoro o con perlas preciosas nos da realmente la dimensión y el valor de la importancia que ese Reino tiene para nuestra vida. ¡En realidad, él significa todo, no tiene nada en este mundo más importante de lo que él y quien lo descubrió, descubrió todo! Descubrió la razón de vivir, el sentido para la vida, porque el Reino de Dios nos trae la razón para nuestro vivir.

La primera lectura de la Misa de hoy nos trae una gran lección de la forma como debemos volvernos a Dios. Vemos Salomón, muy joven y elegido para ser el rey de Israel, presentase ante Dios, él podría pedir lo que quiera delante de la presencia del Señor, pero él pide: “Señor, dame sabiduría, concédame un corazón comprensivo capaz de gobernar su pueblo y saber discernir entre el bien y el mal”. El pedido de Salomón agrado tanto el Corazón de Dios, porque él [Salomón] no pidió vida larga, no pidió riquezas, no pidió muerte para sus adversarios, pero solo la sabiduría para hacer la justicia y hacer la voluntad de Dios. Por eso el Señor atendió su pedido porque agradó mucho su Corazón.
Déjame decirte una cosa a ti: Nosotros, a veces preocupamos en pedir tantas cosas para Dios; pedimos salud, pedimos vida mejor, pedimos paz y prosperidad. No es mal pedir eso, cada uno sabe de las necesidades. Hijo, presente al corazón de Su Padre lo que es necesidad de tu corazón. Pero nosotros, a menudo, olvidamos de pedir lo esencial, el fundamental, esa riqueza mayor que se llama: Espíritu Santo.

Es el Espíritu que nos da la sabiduría necesaria para tener discernimiento, para tener prudencia, para tomar las decisiones correctas, para tener la fortaleza necesaria. ¡Por eso el pedido de Salomón agradó tanto al Corazón de Dios, porque él no pidió nada pensando en ti; él pidió para practicar y vivir la voluntad del Señor!

Que hoy la Palabra de Dios venga a nuestro encuentro irradiando nuestro corazón esta voluntad de pedir al Señor que nos de el secreto de Su Reino, que nos de estas perlas preciosas: los dones de Su Espíritu y nos conceda, en abundancia, la sabiduría y la capacidad de discernir entre el bien y el mal, entre lo que es voluntad de Dios y lo que no es la voluntad del Señor.
¡Dios te bendiga!

fuente PORTAL CANCIÓN NUEVA

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