domingo, 21 de diciembre de 2014

La importancia del silencio para la vida de oración

Una vida de oración requiere momentos profundos de silencio

En el artículo anterior, reflexionamos sobre el mejor horario para nuestro momento de oración. Hoy, vamos hablar de la quietud interior. Vivimos en un mundo altamente agitado; despertamos por la mañana con el movimiento y el ruido en nuestra casa y los sonidos externos de la ciudad anunciando que el movimiento de más de un día ya comenzó.

La importancia del silencio para la vida de oración 1

Vamos para el trabajo con los oídos bombardeados por todo tipo de sonidos: altavoces, bocinas, motores de vehículos, gente hablando alto, personas comunicándose en los celulares..Todo este movimiento de sonido es causa de stress para nuestra mente, pero también para nuestra espiritualidad.

Tenemos necesidad de silenciar, sin embargo esta realidad está cada día, más lejos de nosotros. Estamos inmersos en el ruido. Si incluso algún tiempo atrás el ruido era sonoro, hoy él es psicológico. Aún cuando no estamos escuchando los sonidos externos, nuestra mente se ocupa con otros tantas tareas que nuestra conciencia no consigue aquietarse.

.:Dios habla en tu profundo silencio interior

En tiempos de tecnologías, las computadores, tablets y celulares nos dejan silenciosos vocalmente, pero nuestra mente está siempre inquieta y agitada. A todo momento tenemos la necesidad de verificar nuestro perfil en la red social o responder algún mensaje por el ‘WhatsApp’. Vivimos inmersos en un silencio tumultuado de agitaciones y tareas que requieren de nosotros, respuestas instantáneas.

Poco a poco, el silencio fue perdiendo su esencia de no hablar, para ocupar otro lugar en nuestra vida. Ya no basta más que el sonido de los motores de los vehículos cesen, las bocina de los autos se callen, que se desconecte el sonido y nuestra boca no pronuncie palabras; la mente se encuentra ocupada con otros lenguajes que nos roban el silencio, y éste perdió su verdadera naturaleza.

Una vida de oración requiere momentos de silencio, donde estemos desconectados de todo lo que nos priva la quietud externa e interna para estar conectados con Dios.

El primer paso para la quietud es una preparación previa para el momento de oración, y desconectarnos de todo aquello que no es beneficioso para nuestro recogimiento interior. Muchas veces, tendremos que enfrentar una verdadera lucha interior si deseamos profundizar en los caminos de oración.

No podemos comunicarnos verdaderamente con otra persona si ella está hablando con nosotros y a la vez respondiendo un mensaje en el celular o actualizando perfil en la red social. Claro que cuando practicamos estos gestos que no somos educados, por el contrario estamos dejando claro para la otra persona que en aquel momento lo más importante no es ella, sino lo que estoy haciendo.

.:En el silencio de la oración, nacen cosas grandes en nuestra vida

En nuestra relación con Dios necesitamos estar completamente presentes en aquel momento, y para eso es necesario dejar de lado todo lo que pueda molestar nuestro encuentro.

Desconecta tu computador o tu tablet, pon el celular en silencio y fuera de tu alcance. Usa una música tranquila y calma para tranquilizarte. Respira algunas veces profundamente, eliminando de tus pulmones todas las tensiones que su cuerpo fue acumulado a lo largo del día. Poco a poco, ve apaciguándote. Calma las emociones, los miedos, las rabias; déjate inundar por la paz que brota del corazón de Dios.

Padre Flávio Sobreiro
Bachiller en Filosofía, Teólogo por la Facultad Católica de Pouso Alegre-MG. Vicaria de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen (Cambuí-MG). www.padreflaviosobreiro.com
Fuente: Portal Canción Nueva en español

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