viernes, 26 de junio de 2015

Manos de marginados

Tantas veces pienso que es, no digo imposible, pero muy difícil hacer el bien sin ensuciarse las manos. Y Jesús se ensució. Cercanía.
Y además va más allá. Le dijo: ‘Ve a lo de los sacerdotes y haz lo que se debe hacer cuando un leproso es curado’.
A aquel que estaba excluido de la vida social, Jesús lo incluye: incluye en la Iglesia, incluye en la sociedad…
‘Vete para que todas las cosas sean como deben ser’.
Jesús no margina jamás a nadie. Se margina a sí mismo para incluir a los marginados, para incluirnos a nosotros, pecadores, marginados, con su vida”.


Papa Francisco

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