jueves, 25 de junio de 2015

Una marca para la vida

"El vaciamiento del amor conyugal difunde resentimiento en las relaciones. Y a menudo la desunión “cae” encima de los hijos.Los hijos.Quisiera detenerme un poco sobre este punto.A pesar de nuestra sensibilidad aparentemente evolucionada, y de todos nuestros refinados análisis psicológicos, me pregunto si no nos hemos anestesiado también con respecto a las heridas del alma de los niños. Cuanto más se trata de compensarles con regalos y dulces, más se pierde el sentido de las heridas – más dolorosas y profundas – del alma.Hablamos mucho de trastornos del comportamiento, de salud psíquica, de bienestar del niño, de ansia de los padres y de los hijos. ¿Pero sabemos todavía qué es una herida del alma? ¿Sentimos el peso de la montaña que aplasta el alma del niño en las familias cuyos miembros se tratan mal y se hacen mal, hasta romper el vínculo de fidelidad conyugal?¿Qué peso tiene, en nuestras elecciones –elecciones equivocadas, por ejemplo– qué peso tiene el alma de los niños? Cuando los adultos pierden la cabeza, cuando cada uno piensa sólo en sí mismo, cuando papá y mamá se hacen mal, el alma de los niños sufre mucho, experimenta un sentimiento de desesperación. Y son heridas que dejan una marca para toda la vida."
Papa Francisco


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