«Quien es consciente de las propias miserias y abaja los ojos con humildad, siente posarse sobre él la mirada misericordiosa de Dios. Sabemos por experiencia que solo quien puede reconocer los errores y disculparse recibe la comprensión y el perdón de los demás. Escuchar en silencio la voz de la conciencia permite reconocer que nuestros pensamientos están lejos de los pensamientos divinos, que nuestras palabras y nuestras acciones son a menudo mundanas y están guiadas por decisiones contrarias al Evangelio»
Francisco
Audiencia General 03/02/17
Viñeta: Leonan Faro
No hay comentarios:
Publicar un comentario