lunes, 30 de abril de 2018

Dios marca nuestra historia

Queridos hermanos y hermanas,
Cuántas dificultades hay en la vida de cada uno, en nuestra gente, nuestras comunidades.
Pero, por más grandes que parezcan, Dios nunca deja que nos hundamos.
Ante el desaliento que podría haber en la vida, (…) en aquellos que se esfuerzan por vivir la fe como padres y madres de familia, quisiera decirles con fuerza:
Tengan siempre en el corazón esta certeza: Dios camina a su lado, en ningún momento los abandona.
Nunca perdamos la esperanza.
Jamás la apaguemos en nuestro corazón. El «dragón», el mal, existe en nuestra historia, pero no es el más fuerte. El más fuerte es Dios, y Dios es nuestra esperanza.

Queridos hermanos y hermanas, seamos luces de esperanza. Tengamos una visión positiva de la realidad.
Espiritualidad, generosidad, solidaridad, perseverancia, fraternidad, alegría; son valores que encuentran sus raíces más profundas en la fe cristiana.
El cristiano no puede ser pesimista.
No tiene el aspecto de quien parece estar de luto perpetuo. Si estamos verdaderamente enamorados de Cristo y sentimos cuánto nos ama, nuestro corazón se «inflamará» de tanta alegría que contagiará a cuantos viven a nuestro alrededor.

Francisco.
Aparecida, Brasil


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