sábado, 21 de abril de 2018

EL PEQUEÑO SUSPIRO

   “¿Hay algún ser humano que pueda afirmar que sabe orar? Me temo que la persona que lo afirmara no sabría, precisamente, orar de verdad. Y lo contrario habría que decirle a quien se queja de que no sabe orar: Precisamente así estás muy cerca de orar de veras! La auténtica oración es, en efecto, algo que nosotros no sabemos hacer, sino que acontece, no debido a una facultad, sino a que Dios nos ha adoptado como hijos suyos. Si somos sus hijos, también clamaremos a Él. El mandamiento bíblico nos ordena: ¡Pidan! ¡Tengan presente a nuestro Señor Jesucristo, que también oró por nosotros en la cruz! Lo único que tienen que hacer es aceptar su gracia. Si dicen SI a la gracia de Dios, obedecerás esa orden, orarás. Este pequeño suspiro con el que decimos a Dios: “¡Ah, si!” es la oración y la fuente de toda oración. Pues ahí está incluido el Padrenuestro entero y todo Miserere y Gloria que la Iglesia haya rezado alguna vez. En este pequeño suspiro está incluido todo, y todo debe, a su vez, convertirse continuamente en este pequeño suspiro. Ahí no existe ningún arte de la oración. Ahí tan sólo existe el más elemental derecho del hijo de Dios. Si no sabes orar, ejerce este derecho: esto es todo cuanto has de hacer”.
Kart Barth


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