domingo, 29 de abril de 2018

SIN MI, NO PUEDEN HACER NADA

«Sin mí, no pueden hacer nada»

      «En Cristo, plugo al Padre que habitara en El toda plenitud. Brillan en Él los dones sobrenaturales que acompañan a la unión hipostática (es decir la unión en Cristo de la naturaleza divina y de la naturaleza humana): puesto que en Él habita el Espíritu Santo con 
tal plenitud de gracia, que no puede imaginarse otra mayor: A Él ha sido dada «potestad sobre toda carne»…De Él se deriva al Cuerpo de la Iglesia toda la luz con que los creyentes son, iluminados, y toda la gracia con que se hacen santos, como Él es santo. 

      …Él es el que infunde en los fieles la luz de la fe; Él quien enriquece con los dones sobrenaturales de ciencia, inteligencia y sabiduría a los Pastores y Doctores, y principalmente a su Vicario en la tierra, para que conserven fielmente el tesoro de la fe, lo defiendan con valentía y lo expliquen y corroboren piadosa y diligentemente; Él es, por fin, el que, aunque invisible, preside e ilumina los Concilios de la Iglesia. 

      Cristo es autor y causa de santidad. Porque no puede obrarse ningún acto saludable, que no proceda de Él como de fuente sobrenatural. «Sin mí, dijo, nada pueden hacer» »(Jn 15 :5). Cuando por los pecados cometidos nos movemos a dolor y penitencia, cuando con temor filial y con esperanza nos convertimos a Dios, siempre procedemos movidos por Él. La gracia y la gloria proceden de su inexhausta plenitud. 

      Y cuando los Sacramentos de la Iglesia se administran con rito externo. Él es quien produce el efecto interior en las almas. Y asimismo. Él es quien, alimentando a los redimidos con su propia carne y sangre, apacigua los desordenados y turbulentos movimientos del alma; Él es el que aumenta las gracias y prepara la gloria a las almas y a los cuerpos. 

      …Cristo nuestro Señor hace que la Iglesia viva de su misma vida, penetra todo el Cuerpo con su virtud divina, y alimenta y sustenta a cada uno de los miembros, según el lugar que en el Cuerpo ocupan, de una manera semejante a aquella con que la vida nutre sus sarmientos y hace que fructifiquen (Jn 15:4-6). 


Venerable Pio XII (1876-1958), papa 1939-1958 
Beato Pío XII, papa de 1939 a 1958 (© Copyright - Libreria Editrice Vaticana)

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