sábado, 8 de junio de 2013

Vengan a Mi

Vengan a mi, Yo los aliviaré
"En aquel tiempo, Jesús dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana".
(Mt 11, 25-30) 





Mansedumbre significa equilibrio. Jesús es el modelo de la persona equilibrada. Cuando no tenemos ese equilibrio quedamos sobrecargados.

¿Sabían ustedes que el pecado pesa?
La persona queda lerda, el pecado hiede, y deja a la gente triste
El amor de Dios es la turbina de nuestro avión espiritual.
Eso nos proporciona el alivio del Corazón del Jesús. La cruz es para nosotros la señal del amor.

El amor del corazón de Dios es la gran promesa, y hace que tengamos el impulso de ir al encuentro del prójimo.
Muchas veces venimos a encuentros, recibimos a Jesús pero encontramos a un hermano en el suelo y no vamos corriendo al encuentro de él, Eso nos da una buena revisión para la confesión.
Si tu vida depende de lo que tienes, cuando no tienes nada quedaras triste.
La ropa que está en el armario y usted no usó, esa ropa no es más de usted, es de los pobres.
Aquello que tienes demás es un peso en tu vida, comparte con tu prójimo.

Nadie puede quitarte el tesoro que ganaste en el cielo. Lo que estas bebiendo en este campamento te esta proyectando para el cielo.
Muchas veces nos apegamos a las personas en lugar de buscar apegarnos a Dios.
No vamos a tornarnos idólatras humanos, precisamos adorar solo a Dios.

"La Trinidad se revela, el Padre en los cielos, Jesús en el hermanos, el Espíritu Santo en el Corazón" 
Foto: Maria Adreia/Cancaonova.com

Debemos amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo.
Por la pobreza el religioso denuncia la teoría del tener y anuncia el compartir. Por la obediencia denuncia el poder.
Gente nosotros no somos nuestros cargos, nuestras profesiones. No debemos apegarnos a los poderes.
Para ganar en Dios debemos tener un corazón despojado, totalmente abierto.

Es humildad pedir ayuda, eso nos lleva al equilibrio. Algunas veces estamos muy cansados porque estamos llenos de piedras, de fardos de placer. No poder engordad de religión.
El verdadero amor es donación y no posesión. Jesús pregunta a Pedro se le amaba, Pedro dice le gusta. Pues la primera respuesta que nos presenta la traducción del griego es gustar, diferente del amor de Ágape de Jesús.
Algunas personas hoy en día gustan de Jesús, eso no es amor. El verdadero amor es aquel que se lanza al encuentro de Jesús en el hermano. Que esa reflexión sea señal de revisión para nosotros.


Padre Joãozinho 
Sacerdote do Sagrado Coração de Jesus

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