viernes, 7 de junio de 2013

Vivir y no fingir que se vive

Vivir es realmente un arte, no basta solamente nacer, crecer y morir. No alcanza con estar de novio, comprometerse y casarse, o entrar al seminario, ser diácono y luego sacerdote. Vivir consiste en buscar ser lo que somos.
¿Cómo es eso? ¿Por casualidad no somos lo que somos? ¡Lamentablemente no! Muchas veces, no somos los que realmente somos, y cuando llevamos una vida así, no vivimos, sino que fingimos que vivimos.
¿Cuántas veces vamos, en el transcurso de la vida, asumiendo innúmeros papeles, máscaras y personalidades que no nos identifican con lo que realmente somos en nuestro interior? ¿Cuántas veces cedemos a presiones sociales, a las exigencias exteriores sólo para hacer aceptados?
¿Cuántos jóvenes van al boliche y allá se convierten en todo, menos en lo que son? ¿Cuántas veces gastamos fuerzas para ser otras personas o lo que otros quieren que seamos?
En vez de que demos “enter” en nuestra verdad más profunda, y así vivir una vida autentica, elegimos dar “CTRL C y CTRC V” en modelos, formas y acciones de terceros que nada revelan nuestro ser. ¡Vivir así es fingir que se vive!
Autenticidad es, realmente, la virtud de ser aquello que se es en todas las cosas. Nuestros esfuerzos cotidianos están destinados a demostrar, en nuestras acciones exteriores, lo que somos en nuestro interior y no al contrario.
No necesitamos copiar la ropa del artista, la manera de ser del colega, el auto del vecino, ni pretender ser eso o aquello, etc. Porque seremos nosotros mismo, moldeados por nuestro interior y no por las ideas de los demás, confundiendo así nuestra verdadera identidad.
Piensa: si ya cuesta tanto ser como somos, ¿Imagina pasar la vida intentando ser otro? ¡Lo peor es que existen personas viviendo así!
La autenticidad está ligada a dos palabras importantes: el bien y la verdad. Ser autentico, entonces, cosiste en exteriorizar lo que somos y no todo lo que nos viene a la cabeza, tantas veces de forma desordenada o corrompida por la presión de afuera.
Cuando somos auténticos, vivimos un profundo autoconocimiento y también conocemos mejor a Dios, porque Él es simplemente Aquel que es puro bien, belleza y amor.
Entonces, te pregunto: “¿Estás viviendo o fingiendo que vives? ¡Yo te invito a vivir!”

Adriano Gonçalves
(Misionero de la Comunidad Canción Nueva)
Traducción: Exequiel Alvarez (@AlvarezExequiel)
FUENTE: www.cacionnueva.com

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