jueves, 21 de mayo de 2015

EL AMOR, fuerza de sanación y liberación

“No niegues un beneficio al que lo necesite, siempre que esté en tus manos hacerlo. No digas al prójimo: "Vuelve después, mañana te daré", si tienes con qué ayudarlo” 
Prov. 3, 27-28
En este día la invitación que el Señor nos hace es hacer el bien a quien podamos. Es amar al otro con un gesto concreto.

Cuantas son las personas que nos rodean y siempre nos solicitan un favor: Si podemos prestar algo, si podemos llevarlos a algún lugar. Personas tocan nuestras puertas pidiendo un plato de comida, un vaso de agua, y la mayor parte de las veces ni tenemos el coraje de dar. Miramos por la ventana y vemos al pobre en nuestra puerta, y somos capaces de quedarnos dentro de nuestras casas hasta verlo partir.

No podemos olvidar que Jesús puede estar "disfrazado" en aquel pobre y Lo dejamos ahí, esperando solito. Creo que muchas, muchas veces, Jesús se disfraza y viene hasta nosotros y no quiero ni pensar las veces en que ya Lo rechace...

La invitación de este día es hacer el bien que nos es posible hoy, sea a quien sea!
Es esto lo que la Palabra de Dios nos inspira: 
“No niegues un beneficio al que lo necesite, siempre que esté en tus manos hacerlo. No digas al prójimo: "Vuelve después, mañana te daré", si tienes con qué ayudarlo” (Prov. 3, 27-28)

El amor, una sonrisa, un abrazo, tienen el poder de liberar una persona de las fuerzas del demonio!
Para terminar voy a contarte un testimonio personal que viví:

Estaba yo rezando por una mujer en uno de los encuentros con el padre Rufus aquí, en Cachoeira Paulista, y recuerdo que era un caso en el que otras personas ya habían rezado y no habían conseguido mucha evolución por tratarse de una fuerte acción diabólica...
Ví el caso de ella y decidí rezar por ésta mujer. Vi que de hecho era un caso grave, pero infelizmente el campamento de sanación y liberación estaba terminando, y esta mujer precisaba volver a su casa y no daba la impresión que conseguiría ser liberada.
Fui tomado por un sentimiento de compasión hacia ella, que nunca antes había sentido por nadie. Pues yo veía la lucha de ella para liberarse del demonio, y veía que ella también ya estaba cansada y no conseguía ya ni reaccionar... Entonces hable a Jesús que no sabía ya que hacer... Y era de verdad, ya había usado todo lo que sabía y que mi experiencia me permitía...
Y aún siendo ella tomada por el demonio, me bajé y la abracé. Quedé algunos minutos solamente abrazado a ella y cuando menos lo esperaba, esta mujer estaba completamente liberada del demonio.
Sé que ella había sido liberada, lo podía notar en sus ojos, el demonio no estaba actuando sobre ella. 
Hicimos una breve oración de renuncia y alabamos a Dios por ese momento.

Sé que el poder de la compasión liberó a aquella mujer del demonio!
Por lo tanto seamos en este día la fuerza del amor y de la compasión de Dios que actúa para el bien del otro!
Dios te Bendiga!

fuente Blog Canción Nueva

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