"Ellos se arrepentirán de su rebeldía y de su mal comportamiento,
pues se acordarán del camino de sus antepasados que pecaron contra el Señor.
Ba 2,33
Vengo acompañando personalmente algunos casos de personas que están viviendo una verdadera luchas para liberarse del mal, del maligno...
Personas que se envolvieron con prácticas ocultas, con magia negra, y cosas de ese tipo; y que hoy sufren demasiadas consecuencias por todo eso.
Es triste acompañar casos de ese tipo, pues las personas a pesar de tener un deseo enorme de ser felices y ser liberadas, todavía viven de algún modo con resquicios de mentalidades erradas, todavía viven creyendo en determinadas enseñanzas y doctrinas que no se ajustan a la verdad de Cristo Jesús.... Y el proceso se vuelve todavía más doloroso cuando esas personas no tienen un conocimiento de Dios, no tienen un enraizamiento en su parroquia, no tienen una vida de oración... Cuanto sufrimiento estas personas viven, y cuán difícil el trabajo que necesita ser hecho en ellas!
Pues no es un trabajo solamente de rezar por esa persona y acompañarla, sino que es un proceso de catequizar esas personas, presentarlas a Cristo Jesús, presentar la Iglesia, su doctrina; enseñar y mostrar que ellas necesitan rezar...
Pero todo eso es más fácil cuando encontramos personas que ya tienen un cierto camino en Dios, y descubren que necesitan pasar por un proceso de liberación... Pero cuando existe la realidad de personas que no conocen a Dios, pero sufren por causa de verdaderas influencias del demonio, y quieren ser liberadas, el camino se vuelve todavía más exigente, tanto para las personas, cuanto para quien acompaña a estas personas.
El proceso de encuentro personal con Dios de estas personas no acontece de una hora para otra, hasta aún porque existen cierto tipo de realidades que ellas no creen dentro de la Iglesia, cuestionan ciertas cosas hasta la misma acción de Dios... pero independientemente de no creer, ellas quieren ser liberadas y vivir felices!
¿Entonces, que hacer con ellas, qué camino seguir?
Voy a decir en base a mi experiencia personal que en estos casos...
La primer cosa que estas personas necesitan hacer como trabajo y meta principal es desvincularse de todos y de cualquier tipo de pecados y comportamientos que pueden ser como "puertas abiertas" para el demonio. Existen personas que aún queriendo ser liberadas del mal, no se desvinculan de las cosas erradas o de las cosas que no le convienen.
Un ejemplo: Aún leen cierto tipo de literatura errada, continúan con comportamientos inmorales, continúan vinculados a situaciones de pecados, y aún así quieren ser liberadas! Pero no lo serán! Es triste, pero es la verdad!
Mientras no se decidan a cortar todo lo que es pecado que los vincule al mal, al demonio, ellas no conseguirán ser liberadas... No estoy diciendo que ellas no pueden mas volver a pecar, pues todos somos pecadores, estoy diciendo que estas personas necesitan tener en sus corazones la decisión verdadera de cambiar determinados comportamientos y luchar por romper con el mal que están acostumbrados a asociarse.
¿Cómo una persona que quiere ser liberada del mal, puede continuar siendo adúltera?
¿Cómo una persona que quiere ser liberada del mal, puede continuar siendo adúltera?
¿Cómo querrá ser libre del demonio si continúa manteniendo relaciones sexuales fuera de su matrimonio?
Es como si estos pecados fuesen puertas abiertas para el demonio, y es cierto que él reinvindicará su entrada!
La otra actitud que esta persona deberá tener como meta es aplicarse a una vida de oración!
Y como enseña mi querido padre, Jonas Abib, APLICARSE significa APLICARSE!
La persona que está viviendo un proceso de liberación necesita rezar!
En general ella puede muchas veces no querer, no estar animada, no tener gusto por la oración; pero aún así ella necesitará rezar!
Es claro que en estos momentos si ella tuviese al lado personas que le ayudasen, la motivasen, será mucho más fácil rezar, pero lo importante es que ella rece!
Ella necesitará participar de la Santa Misa siempre que fuese posible, precisará adorar a Jesús en la Iglesia, rezar el Santo Rosario, leer la Palabra de Dios, participar de un grupo de oración...
Lo más importante es que ella se aplique a las cosas de Dios! Pues la oración será el camino, será el medio por el cual Jesús irá tomando espacios en su vida, en su interior... No hay otro camino más eficaz que la oración y es la persona en cuestión la que necesita rezar y querer! No son otras personas las que tienen que hacer eso por ella.
Una cosa es cierta y comprobada: si no hay cambio de vida y una decisión de rezar siempre, desgraciadamente será muy difícil que la liberación realmente acontezca!
Muchas veces en procesos de liberación quien tiene que contribuir mas para que el proceso suceda es la propia persona en cuestión, y no quien reza por ella, y hasta aún el mismo Dios!
Porque Dios siempre va a querer curarnos y liberarnos, pero en Su inmenso amor El permite que seamos libres de escoger!
Espero que el camino ha seguir esté claro!
Estoy rezando por las intenciones de su corazón, cuento también con sus oraciones por mi!
Dios te bendiga!
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