“Para nosotros, la importancia del Bautismo del Señor radica sobre todo en que el Espíritu que Jesús recibió en el Jordán, lo derramó después de su resurrección sobre sus discípulos el día de Pentecostés, y sigue derramándolo sobre la humanidad a través, sobre todo, de los sacramentos del bautismo y la confirmación. El día en que fuimos bautizados se rasgó para nosotros el cielo y descendió sobre nosotros el Espíritu Santo, el cual nos introdujo en la comunión del Dios Uno y Trino. Fuimos hechos cristos, es decir, ungidos por el Espíritu”
P. José María Prats
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