Con Jesús por la mañana.
“Caminando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban una red al agua pues eran pescadores” (Mc 1,14-20). “Jesús va pasando junto a lago de Galilea… El que toma la iniciativa es siempre Jesús. Se acerca, fija su mirada en aquellos pescadores y los llama a dar una orientación nueva a su existencia” (J.A. Pagola). El lago es imagen de nuestra vida cotidiana. Jesús pasa y te mira cada día en tu rutina. Déjate mirar e invitar a colaborar con él haciendo bien tu tarea. Ofrece lo de hoy por la intención del mes.
Con Jesús por la tarde.
Respuesta al Amor. ¿Hasta dónde estás dispuesto a vivir tu fe? ¿Qué compromisos estás dispuesto a asumir? El llamado de Jesús a colaborar con Él espera tu respuesta. Y a veces la respuesta más difícil es comprometernos allí donde la rutina se nos hace pesada y aburrida. Recuerda que no se trata de lo que hagas sino de cuánto amor pongas. Trabaja con amor, abandona las redes de la queja y las ilusiones vanas. Tu vida cotidiana puede ser respuesta de amor a la mirada de Jesús.
Con Jesús por la noche.
Dejarse mirar. Busca un lugar tranquilo y respira profundamente. Aquieta el corazón. ¿Qué acontecimientos te han hecho feliz? ¿Por quienes te has sentido amado, estimado, valorado? Quédate unos minutos disfrutando de ello. Agradece el día que has vivido. Disponte a iniciar tu día de mañana llevando amor en tu corazón para entregar a los demás.
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