jueves, 25 de julio de 2019

Abiertos a la fecundidad

Los grupos de oración carismáticos necesitan ser grupos permanentes de bautismo en el Espíritu Santo, o sea, necesitan estar abiertos para recibir el bautismo, porque desconocemos la hora en que todo sucede. El grupo de oración es un útero que necesita estar abierto a la fecundidad, porque siempre habrá gente necesitada del bautismo en el Espíritu.

¿Cuántos de nosotros somos bautizados en el Espíritu Santo en el día en que llegamos a un grupo de oración carismático? Yo mismo fui bautizado en aquel primer grupo de oración que el p. Haroldo realizó junto a los seminaristas salesianos. Y, ¡ay de mi si no hubiese recibido el bautismo del Espíritu Santo aquel día! Yo estaba en lo peor, rencoroso, amargado. Pero Dios sabía que yo precisaba de la fuerza de lo alto. ¡El fue maravilloso conmigo! 

El padre Haroldo no podía imaginar que, en aquel encuentro, en la ciudad de Lorena, el día 2 de noviembre de 1971, Dios había preparado para mi el bautismo en el Espíritu Santo. Yo tampoco sabía que sería fecundado, generado en aquel día. Pero Dios quería que yo fuese bautizado en el Espíritu Santo en aquel encuentro de oración. 

Las personas sin saberlo van al grupo de oración necesitados de ese bautismo en el Espíritu. Por eso, los grupos de oración necesitan estar abiertos a la fecundidad, siempre. No existe hora marcada, ni esquema montado para la acción del Espíritu Santo. Por el contrario, Dios quiebra los esquemas, porque solamente Él sabe el momento de nuestro bautismo.

Si el p. Haroldo se hubiese cerrado a la fecundidad en aquel encuentro, yo no hubiese recibido el bautismo en el Espíritu Santo, quedaría cerrado en mis sentimientos negativos y, quien sabe, Canción Nueva no existiría. Pero el Señor necesitó de mi para que Canción Nueva existiese y generase frutos para Él. 

Los grupos de oración carismáticos necesitan, cada vez más, abrirse a la fecundidad del Espíritu Santo. Y esa fecundidad sucede en el amor y en el celo carismático.

Te invito a rever y a hacerte el propósito de reavivar la llama del Amor de Dios por tu grupo de oración, por las personas que el Espíritu Santo te presentó para que seas responsable de ellos.

Mons. Jonas Abib
Pentecostes hoje
pagina 66

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