viernes, 9 de abril de 2021

SED DE EVANGELIO

El mundo necesita el Evangelio.
Necesita a Jesucristo.
No podemos quedarnos impasibles ante esta necesidad: la mayor de todas.
Esta necesidad, no consciente siquiera pero real, nos llega como clamor, no formulado tal vez, de los que se han alejado de la fe, de los que no creen, de los que padecen la quiebra de humanidad o el vacío del sinsentido, de los que sufren el desamor, injusticia u olvido de los hombres que pasan de largo ante sus propias necesidades y lamentos. Un clamor y petición que nos grita a nosotros, los cristianos, aunque seamos flojos: ¡Ayudadnos!

Vivimos tiempos recios.
Fácilmente nos lamentamos de ellos. Con una naturalidad pasmosa buscamos culpables o creemos que nada puede hacerse por cambiar la situación difícil, muy difícil, que atravesamos. Vivimos una sociedad típicamente pagana. Lo que en estos momentos está en juego es la manera de entender la vida, con Dios o sin Dios, con esperanza de vida eterna o sin más horizonte que los bienes del mundo, con una moral objetiva, sólida y válida para todos o con la afirmación soberana de la propia libertad como norma absoluta de comportamiento hasta donde permitan las reglas externas de juego. Y esto es muy importante. No da lo mismo una cosa que otra. Este es el reto para nosotros los cristianos: que los hombres entiendan y vivan la vida con Dios, con Jesucristo y con esperanza en la vida eterna; que los hombres crean en Jesucristo, le sigan y alcancen con Él la felicidad, la verdad que nos hace libres, el amor que nos hace hermanos.

KIKO ARGÜELLO
“El Kerigma”

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