domingo, 29 de junio de 2014

Corazón herido...

Corazón herido, corazón sano

¡Necesitas asumir la sanación de tu corazón! Tú, que traes una profunda tristeza y muchas heridas en tu corazón, entrégate a los brazos del Padre, lánzate como un niño en su regazo. Los problemas nos duelen, por eso necesitamos cuidarnos. Cuánta gente infectada en el alma y el corazón debido a los problemas. Las personas hasta confunden los problemas con la misma herida. Tal vez estés esperando que tus dificultades se solucionen para que estés sano, pero no es así. Hay problemas que dependen del otro para que ser resueltos. Por eso, no puedes esperar que ellos lo solucionen para que estés bien.

Hoy, el Señor te está diciendo: “Hijo mío, el problema existe y él te hiere, te llaga, pero yo quiero sanar tu corazón para que puedas enfrentar tus problemas. Tu herida hizo que te desesperaras, por eso ya no puedes rezar como necesitas. Por amor a ti mismo, ¡déjame sanarte!. Al ser sano, podrás solucionar tus problemas.

En la desesperación y en la angustia en que estás, hablas cosas que no deberías, y eso sólo agranda el problema. Lamentablemente estás confundiendo el problema con la tristeza que sientes y quieres estar sano apenas el problema acabe pero no es así.

Deja que Jesús ponga su mano en tu corazón dolorido y lo calme. ¡¿Cuántas veces el niño está con cólicos y cariñosamente, la mamá hace masajes en su barriguita para aliviar el dolor? Deja que Jesús te toque como una mamá toca a su hijo.

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Hay muchos hombres angustiados debido al trabajo, al patrón, a las cuentas y hasta debido a la familia y a los amigos. Te quisiste mostrar fuerte y rígido pero eso te causó aún más dolor. Deja que Jesús te traiga paz al corazón y te devuelva la alegría aún en medio de tantos dolores.

Cuántas veces te ves con problemas de presión y falta de aire, con dolores en el cuerpo y una porción de otras ocsas, ¿Por qué te afliges? Jesús te recibe de brazos abiertos. Lánzate a Su corazón, porque El quiere hacer en ti una obra de sanación y restauración.

Muchas personas necesitan perdonar. Hoy, el Señor quiere darte la gracia del perdón. Crees que tienes el derecho de quedarte resentido, pero el resentimiento te deja una “ampolla de pus”, y es una infección que solo te daña. Hoy, Dios te da la gracia de exteriorizar esa infección del resentimiento. Todas las tristezas que tienes, toda depresión y todos tus problemas de salud pueden ser causados por el resentimiento, pero Dios te llama a perdonar para que puedas librarte del resentimiento que tanto mal te ha hecho.

Dios quiere entrar en tu vida de una forma nueva. Así como la radioterapia quema las células con cáncer, el Espíritu Santo quiere sanar tu corazón y darte capacidad de amar. Jesús te quiere abrazar. Su corazón late fuerte por ti.

Hijo, vuelve a Dios, vuelva a la Iglesia y a tu comunidad. Cuando seas sanado por el Señor, volverás a tener paz, a vivir, a tener vida. La alegría vuelve.

Monseñor Jonas Abib
Trecho de la prédica “Corazón herido, corazón sanado” – 15 de Mayo de 1998
fuente: Portal Canción Nueva

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