martes, 10 de junio de 2014

Venciendo las rebeliones

Muchas personas tienen el corazón bloqueado, no consiguen abrirse al amor de Dios y a la acción del Espíritu Santo. Ese bloqueo es causado, muchas veces, por rebeliones que quedaron amenazando en el corazón

Nuestro gran error es pensar, en nuestro sentido de justicia, que es justo nosotros rebelándonos contra personas y situaciones. Es un gran error! Pero de donde viene nuestra revuelta? Ella viene del diablo! El se rebeló contra Dios y consigo mismo, porque, por orgullo, perdió todo. Ele es el rebelde contra todo y contra todos, y su objetivo es transmitirnos ese mismo "virus".

Más allá de comprender la verdad, es necesario renunciar al mal. Di ahora, de corazón:

"La rebelión que está en mi corazón no es mía, por eso yo la rechazo, la refuto y renuncio. No quiero saber más nada de ella. Ella no viene de Dios, sino del demonio. Renuncio ahora a toda rebelión! No la quiero más, no voy a darle lugar a ella. Perdóname, Señor, yo no sabía lo que estaba haciendo. Limpia, Señor, mi corazón"


"Decídete a no rebelarte más!", exhortó mons. Jonas Abib


Conocí una señora que me contó las peleas terribles que tuvo con su  marido a causa de una infidelidad de él. Este señor la había herido mucho a ella y a su familia, dejándola decepcionada, resentida. Al ver la osadía de su marida, ella sentía mucha rebelión. poco después, aquella rebelión que ella juzgaba justa, pues era víctima de infidelidad a pesar de haber sido tan fiel y dedicada a él, fue transformándose en odio. Poco tiempo después, ella fue poseída por un odio mortal.
Mucho tiempo ellos vivieron en cuartos separados; y ella no podía siquiera ver a su marido en la casa. El, por su parte, vivía descaradamente aquella situación de traición, sin pensar en marcharse de la casa, con charlar telefónicas y encuentros sin más secretos ni reservas. Los propios hijos eran espectadores de todo.

Un día, en una pelea de aquellas que "incendian todo", ella no aguanto: fue en dirección de él con violencia y le pegó. Le pegó y le azotó. Cuando estaba en el auge de la rabia, ella paró, le miró bien a los ojos y, sin entender mucho lo que estaba sucediendo con ella, dijo: "No te odio más! Sé que no sirve de nada. Sólo me destruí, me herí, solo me hice el mal a mi misma. No estoy diciendo que lo que has hecho sea correcto, pero quédate sabiendo que no te odio más!"

Ella me contó que le miró bien a él y le dijo aún más: "A partir de ahora, comenzaré a amarte por todo lo que me has hecho".
Imagina lo que pasó en el corazón de aquel marido! Él fue tan descarado que, en vez de rendirse, comenzó a ridiculizar lo que ella había dicho. Para él era el momento de rendirse, pero no lo hizo. Ella me dijo que, en aquella hora, el odio y la rebelión volvieron con más fuerza todavía. Tuvo el deseo de agredirlo nuevamente, pero pensó: "No! Yo no lo odio mas. Comienzo ahora a amarlo" Esa señora testimonió que fue difícil, porque él permaneció en la casa. por eso, muchas veces debió morderse la lengua para no soltar palabrotas. Se quedaba repitiendo a sí misma: "No lo odio más". Repetía varias veces a sí misma: "Yo lo amo".

En verdad, lo que esa mujer hizo fue uno de los más heroicos gestos de amor que yo vi. Esa historia es una receta de Jesús para nosotros, pues es amando que El quiere darnos un corazón nuevo. Necesitamos hacer lo mismo!
No se contra quien estás revelado, pero sé que Jesús está dándote la oportunidad de hacer lo mismo que aquella señora hizo: "Yo no te odio más, porque ese odio solo me hizo mal. Ese odio solo me mató y me estropeo. No quiero morir, quiero vivir!
Si lo que sientes no es odio, sino rabia, rencor, resentimiento y decepción, di como aquella señora: "No me rebelo más! No tengo más rabia. No odio más! Al contrario: yo te amo". Aunque ese "te amo" salga sufrido de tu corazón que está herido, decídete a no rebelarte más!"


Texto do livro: "Geração PHN", de mosenhor Jonas Abib

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