domingo, 21 de octubre de 2018

Meditación: Marcos 10, 35-45

¿Podrán pasar la prueba
que yo voy a pasar
y recibir el bautismo
con que seré bautizado?
Marcos 10, 38


Hoy leemos que Cristo y sus discípulos iban de camino a Jerusalén cuando Santiago y Juan le pidieron al Señor que les concediera los primeros puestos en su Reino. La respuesta no fue un simple “sí” o “no”, sino un desafío a pasar la prueba que el mismo Jesús pasaría en su propia pasión. Es decir, los estaba llamando a llevar una vida semejante a la suya y servir como él servía.

Cuando los demás discípulos se enteraron de lo que Santiago y Juan habían pedido, se llenaron de indignación. Jesús no reprendió a los hermanos por la petición, pero les enseñó lo que implica ser un verdadero discípulo: La única manera de llevar una vida de apostolado verdadero y generoso, como la de Cristo, es estar dispuesto a llevar la cruz, es decir, soportar el sufrimiento que conlleva la vida cristiana auténtica y servir con humildad de una manera que glorifique a Dios.

Cuando el Señor se refirió a los gobernantes de las naciones, utilizó palabras drásticas: “Los jefes de las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños y los poderosos las oprimen.” Pero no ha de ser así en la comunidad cristiana, porque el que quiera ser grande en el Reino de Dios tiene que ser el último y hacerse servidor de los demás.

Los que sirven de buena gana y con humildad son enaltecidos en el Reino de los cielos, porque desean libremente servir a su Señor y consideran que las necesidades de los demás (especialmente en la familia) vienen antes que las propias. Este es el llamado, no sólo de los apóstoles, sino de todos los ciudadanos del Reino de Dios.

Qué diferente es la mentalidad del mundo, que nos insta a buscar el primer lugar incluso a costa de los demás, porque para el mundo la “grandeza” no es otra cosa que la exaltación del egoísmo y la avaricia. Pero el Señor nos enseña, con su ejemplo, que el que sirve y da su vida por los demás, ese es realmente grande a los ojos de Dios. Y esto es lo que realmente vale.
“Amado Jesús, enséñanos a ser servidores fieles, desinteresados y abnegados, y encontrar gozo en el servicio a ti y al prójimo.”
Isaías 53, 10-11
Salmo 33(32), 4-5. 18-20. 22
Hebreos 4, 14-16

fuente: Devocionario Católico La Palabra del Señor

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