jueves, 18 de abril de 2019

COMPRENDIENDO LA PALABRA 180419


“La caridad o el mismo nombre de Dios”

Dios es caridad (1 Jn 4,8). Y aquél que quisiera definirlo sería un ciego queriendo contar los granos de arena del mar.
La caridad en cuanto a su naturaleza, es una semejanza con Dios, por tanto que sea posible a los mortales serle semejante; en cuanto a su actividad, es una embriaguez del alma; en cuanto a su propia virtud, es la fuente de la fe, un abismo de paciencia, un océano de humildad.
La caridad es ante todo el rechazo de todo pensamiento de enemistad, pues la caridad no piensa el mal. La caridad, la impasibilidad y la adopción filial sólo se les distingue por el nombre. Como la luz, el fuego o la flama tienen un solo efecto, lo mismo ocurre para esas tres realidades.
Aquél que ha unido perfectamente a Dios su sensibilidad profunda ha sido iniciado por él a los misterios de su palabra, pero sin esta unión es difícil hablar de Dios.
Si el rostro de un ser amado produce en todo nuestro ser un cambio evidente y nos hace felices, alegres y despreocupados, que no hará el rostro del Señor en un alma pura cuando venga a permanecer en ella.


San Juan Clímaco (c. 575-c. 650)
monje en el Monte Sinaí
La Santa escala (frm trad.evangelizo.org©)

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