lunes, 22 de abril de 2019

Meditación: Mateo 28, 8-15

Jesús les salió al encuentro.
Mateo 28, 9

Durante muchos siglos, creyentes de todo el mundo han seguido los pasos de María Magdalena en su propia búsqueda del Señor resucitado, y no se trata de hacer una peregrinación a Tierra Santa, aunque sería maravilloso poder realizarla, sino de algo tan ordinario como iniciar el día con una oración.

Utilicemos la siguiente analogía: Cada mañana te levantas de la “tumba” del sueño y te enfrentas al día, al igual que las dos mujeres que fueron al sepulcro justo después del amanecer. Cuando se alejaban del sepulcro, Jesús se les apareció por el camino de la misma manera en que quiere encontrarse contigo (Mateo 28, 9). Ya sea que te dirijas al trabajo o estés tomando el desayuno, el Señor está ahí contigo, invitándote a pasar algo de tiempo con él.

En el Evangelio de hoy, Jesús es el primero en hablar. Saludó a las mujeres, posiblemente llamándolas por su nombre. Ahora intenta imaginar que él está delante de ti, te llama por tu nombre y te dice: “Buenos días. Conversemos un rato.” Cuando las mujeres se percataron de quién era el que les estaba hablando, se alegraron y asombradas se arrodillaron frente a él en señal de adoración.

Pero ese encuentro no terminó ahí. Jesús habló de nuevo y viendo las emociones de las mujeres, les aseguró: “No tengan miedo. Yo estoy con ustedes.” Y es que lo mismo sucede con nosotros: Cuando sentimos la presencia de Cristo, nos sorprende lo cerca que él se encuentra de nosotros y el corazón se nos llena de alegría. Jesús nos habla directamente al corazón y sus palabras nos traen paz, nos llenan de esperanza y nos dan fuerzas para enfrentar los desafíos de cada día. Y él te comunica a ti las mismas buenas nuevas que María Magdalena y su amiga escucharon aquel Domingo de Resurrección: “Yo estoy contigo. Nunca te abandonaré. Yo he vencido la muerte y el pecado, porque te amo.”

Cada mañana Jesús te espera para saludarte y quiere animarte a dejar atrás el miedo, pues quiere que lo recibas a él y su gracia en el corazón. Así que durante este tiempo de Pascua proponte dedicar unos momentos de quietud para escuchar su voz en la oración. Deja que te salga al encuentro por el camino al empezar un nuevo día. ¡El Señor tiene mucho que compartir contigo!
“Amado Jesús, dirige tú mis pasos pues quiero encontrarme contigo hoy en mi camino.”
Hechos 2, 14. 22-23
Salmo 16 (15), 1-2. 5. 7-11
fuente Devocionario Católico La Palabra con nosotros

1 comentario:

  1. Hermanos, les saludo en esta Pascua 2021. Les informo que estoy usando parte de esta reflexion del 2019 para una publicacion en la pagina de Facebook Ordo Viriginum Latinoarmerica y El Caribe. De tener alguna inquietud pueden escribirme al correo ifontanez75@gmail.com. Gracias por su aportacion.

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