miércoles, 21 de mayo de 2014

¿Cómo controlar los impulsos sexuales?

Controlar los impulsos no es una tarea fácil, pero tampoco es imposible

Novelas, músicas, propagandas, outdoors, un paseo por el shopping..Escenas, hechos, situaciones y momentos que, muchas veces, están llenos de un estimulo “mega-power-sexappeal”, es decir, estimulo sexual para todos los gustos! Somos provocados a ver sexo en todo!
Sobrevivir a este escenario  se convierte, en una “Odisea en el espacio”, una “guerra en las estrellas”, porque parece que en todo momento, somos llamados a una especie de sombra del mal, ¡transformándonos de Anakin para Darth Vader! Oh, mi Dios, cómo controlar tantos impulsos sexuales si, a todo momento, somos estimulados para para responder a ellos?

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Algunos pasos para sobrevivir a este escenario tan loco:

Primer paso: controlar y no dominar
No me gusta mucho la palabra “dominar’, suena como algo malo, que necesita ser contenido, reprimido, y no creo que Dios sea tan injusto a punto de poner, dentro de nosotros, los impulsos sexuales y exigir de nosotros la represión de ellos. Tampoco creo que Él nos pide para dominarlos como si fuera una “fuerza del mal” para ser exorcizada.
Prefiero la palabra “control”, o sea, ¿cómo controlar los impulsos sexuales? Controlar es el mecanismo por el cual medimos el resultado de un proceso comparandolo a un valor deseado. Entonces, controlar los impulsos sexuales es ser  capaz de vivir los deseos y las voluntades a partir del valor que tenemos y del valor que damos al otro. Cuando partimos de la relación de valor, conseguimos controlar los impulsos y, así, dar a ellos un destino más completo y agradable.

Segundo paso: canalizar los deseos
Somos hombres y mujeres con deseos. Los impulsos sexuales no están en nosotros como algo malo, pero dicen de nuestra identidad. Voy más allá: ellos dicen de nuestra identidad de hijos de Dios.
El Señor nos creó hombres y mujeres. No tiene esa de “¡Dios, quítame los deseos sexuales!”. ¡No! ¡Siento decirte, pero Él no te los va a quitar! Ellos están ahí para ser canalizados. Son los deseos los que llevan a un hombre a encontrarse con una mujer, son los impulsos, las fuerzas que nos llevan a vivir una relación. Lo que necesitamos pedir es: “Dios, ayúdanos a canalizar estos deseos sexuales para una vida más plena y saludable. Enséñanos a canalizar lo que sentimos, basándonos en el valor que tenemos y poseemos”. Si tenemos bien claro, en la cabeza y en el corazón, que somos llamados a vivir un amor total, fiel, libre y fecundo. Cuando venga el impulso sexual, de querer al otro para nosotros, podemos, en ese momento, usar esa fuerza para tener al otro dentro de nosotros, como alguien que merece nuestro amor, nuestro valor!
Delante de una mujer, que te llame la atención – sexualmente hablando – tu puedes:
a) ¡mirar, desear y traer para tu mente como una posibilidad de tocar, manipular y obtener placer! O;
b) mirar, disfrutar y traer para tu mente como una realidad de amar, valorizar y promover.

Tercer paso: ¡Conocer la fuerza de la fuerza!
Todos tenemos impulsos sexuales. ¡Eso es inherente al nuestro ser! Pero necesitamos conocer estos impulsos, saber la fuerza de ellos, es decir, saber cuando surge, cuando es más o menos intenso, lo que hace dentro de nosotros, qué hacer cuando viene. Conocer es la mejor forma de controlar, e identificarlos es la mejor forma de encontrar un destino para ellos. Las personas pierden esta batalla cuanto más quieren luchar contra algo que no conocen. No se trata de una lucha contra algo malo, sino para integrar eso que hace parte de ti. Es una lucha para juntar: impulso sexual +valor+amor+Dios. ¡Así adelante! Sin conocimiento no existe victoria.

Cuarto paso: ¿huir o enfrentar?
Cuando conocemos nuestros impulsos sexuales, la fuerza que tienen, el lugar y las situaciones a donde nos quieren llevar, podemos sentirnos en conflicto: ¿encarar o huir? En realidad, los dos. Encarar, tomar conocimiento o huir, o sea, vivir esse proceso que sucede después de “encarar”, esto es percibir y después, por saber que no aguantaremos, huir. Pero sabiendo de qué se está huyendo.
Muchas veces no escuchamos el movimiento que hay em nuestro interior y nos quedamos inmóviles a las relaciones por miedo a nosotros mismos. Huir, conociendo y buscando comprender de qué estamos huyendo, para volvernos más fuertes para el próximo combate… ¡que vendrá!. En ese momento, es necesario preguntarse: ¿Cuáles son mis puntos débiles? ¿Por dónde soy más vulnerable? ¿Qué desordena mis afectos? Una vez más, conocerse es el arte de controlarse.

Quinto paso: Volviendo al estado de Jedi
En el episódio “El regreso de Jedi”, podemos ver cómo Luke cree en la bondad existente aún en Darth Vader; y por creer en eso, vimos una escena fantástica, la “redención de Vader”. Mientras el Imperador Palpatine estaba por matar a Luke con un rayo final, Darth Vader, con su brazo, o con lo que le restó de brazo, cogió a Palpatine y lo lanzó al pozo del reactor principal de la Estrella de la muerte, destruyendo definitivamente al diabólico Señor de los Sith, concluyendo así la profecia en la cual los Sith son exterminados.
Vader se vuelve nuevamente Anakin Skywalker. Si, vuelve a ser lo que era. ¿De qué forma se relaciona con nuestros impulsos sexuales? De muchas formas. Muchas veces somos como el joven Anakin, que se deja llevar por la corrupción del mal. Nosotros, a veces, nos dejamos llevar por la corrupción de la pornografia, del sexo fuera del matrimonio, en fin, por una vida sexual sin la marca del amor verdadero como Dios lo pensó, consecuentemente pasamos a vivir como Darth Vader, ¡sclavos de nuestros impulsos y no señores de los mismos!

Así, quiero decirte: siempre podemos recomenzar. Hay en nuestro corazón un profundo deseo de amar de verdad y vivir la plenitud de lo que somos. Nuestros afectos, deseos, voluntades, ordenados para el amor verdadero, siempre nos hacen volver a lo que de mejor tenemos y somos. El sacramento de la confesión, la Eucaristía, una vida de oración sincera y un buen director espiritual son nuestras armas para vencer. A pesar de que al leer este texto te sientas incapaz de dar una respuesta más cristiana frente a una vida de errores, quiero decirte que fue con el resto de un brazo que Darth Vader venció al imperador del mal. Creo que dentro de ti, resta más que un brazo, resta la voluntad de ser feliz y de amar de verdad. Entonces, ¡No pierdas tiempo y recomienza!
¡Estate abierto para conquistar el cielo!

Adriano Gonçalves
Misionero de la Comunidad Canción Nueva

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fuente PORTAL CANCIÓN NUEVA

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