sábado, 24 de enero de 2015

Buen día, Espíritu Santo

Buen día, Espíritu Santo!
Al calzarme para salir a dar batalla al día
solo quiero decirte: sé que todo valdrá la pena.
Aún tan niño en tus cosas,
aún sin comprender tus caminos,
en la mañana vuelvo a darte,
a confiarte mi vida.
Tengo pocas certezas:
que me sustentas en Tu Amor;
que por mi fue Tu entrega.
Que estás en todo y en todos,
que te puedo encontrar en mi esquina,
en lo profundo y en lo alto.
Y sabiendo tan poco, con mis claroscuros
que todo lo velan y vuelven todo difuso,
Yo sé que todo vale la pena,
por Ti, todo vale la pena.
Porque nada podría,
si Tu Llama no estuviese muy viva dentro de mi.
Porque me haces desearte,
esperarte en todo momento;
y en las tormentas más bravas,
mi ser tiene paz,
la que de Vos brota y hace mi ser sonreir.
Dime, ¡¿qué podemos hacer juntos hoy?!


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