Cada mañana puedo dar testimonio
que es Tu fuerza la que me sostiene;
Que solo la Mano Poderosa de Dios
es la que me levanta,
la que me sustenta cuando voy a caer,
la que me da fuerzas para resistir,
la que nunca falla.
Ven a visitarme en mi presente concreto,
en mis batallas y mis alegrías,
en mis búsquedas y en mis certezas.
Creo que estás actuando sobre mi,
que estás entretejiendo un futuro cierto,
que nada queda fuera de Tu Amor y Tu Misericordia.
Que Tu acción es misteriosa, pero real, clara y victoriosa.
Te entrego cada pensamiento, cada secreto, cada deseo,
aquello que ni siquiera tengo coraje de manifestar...
Todo hoy lo consagro a Ti,
porque confío, porque eres mi Dios presente.
¡Amén!
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