martes, 14 de abril de 2020

COMPRENDIENDO LA PALABRA 140420


Subamos a lo alto con Él, hacia el Padre

45. Quien considera que el Señor es sólo el creador de los seres que nacen y se corrompen, lo confunde con el jardinero, como María Magdalena (cf. Jn 20,15). Por eso, para su bien, el Maestro evita que lo toque, porque todavía no subido al Padre. Le dice: “No me toques” (cf. Jn 20,17). Sabe que quien viene a Él con un concepto erróneo, resulta perjudicado.

46. Quienes llegados de Galilea se reúnen en el cenáculo, cierran las puertas por temor a los judíos (cf. Jn 20,19-20). Es decir, que quienes por temor a los espíritus del mal se ponen al abrigo en el país de las revelaciones, en la cima de la divina contemplación, y han cerrado las puertas de los sentidos, reciben a Dios, al Verbo de Dios. Él viene y se manifiesta a ellos sin que sepan la forma, sin que actúe una percepción sensible. Otorga la impasibilidad mediante la paz, les entrega al Espíritu Santo por el soplo (cf. Jn 20,22), les da el poder de expulsar los malos espíritus, les muestra los símbolos de sus misterios. 

47. Para quienes buscan conocer al Verbo de Dios según la carne, el Señor no sube al Padre. Para quienes escrutan según el Espíritu, mediante la contemplación, el Señor sube al Padre. Entonces, no queramos mantener aquí abajo a quien por amor al hombre, descendió. Subamos a lo alto con Él hacia el Padre, dejando la tierra y todo lo que a ella pertenece, para que no nos diga también a nosotros lo que había dicho a los judíos que no se corregían: “Adonde yo voy, ustedes no pueden ir” (Jn 8,21). Ya que sin el Verbo es imposible ir al Padre del Verbo.



San Máximo el Confesor (c. 580-662)
monje y teólogo
Filocalia, “Centurias sobre la teología II” 45, 46, 47, (Philocalie des Pères neptiques, Paris, DDB-Lattès, 1995), trad. sc©evangelizo.org

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