lunes, 27 de abril de 2020

MEDITACIÓN PARA HOY: JUAN 6, 22-29

La obra de Dios consiste en que crean en aquel a quien él ha enviado. (Juan 6, 29)

Siendo un joven sacerdote de Pensilvania, el padre Walter Ciszek quería realizar “la obra de Dios” como misionero en la Unión Soviética. Pero las cosas no salieron como él esperaba. Poco después de llegar a Rusia, fue acusado falsamente de ser espía y pasó varios años encarcelado, primero en la siniestra prisión de Lubianka y luego en campos de trabajo forzados en Siberia.

Un día, extenuado por los interrogatorios y torturas, el padre Ciszek no pudo más: “Perdí toda esperanza, solo podía ver mi debilidad.” Desesperado, le pidió al Señor que le socorriera. Al rezar, vio que llevar a cabo la obra de Dios no significaba hacer actos heroicos, como él pensaba. Meditando en el ejemplo de Cristo en el huerto de Getsemaní, descubrió que la “obra” de Dios era cooperar diariamente con la gracia divina, cualquiera fuera la situación.

En el Evangelio de hoy, Jesús dice que la “obra de Dios” consiste en creer en “aquel” a quien el Padre envió (Juan 6, 29). Nosotros creemos en Cristo, así que debe haber algo más en este mensaje. Recuerda las grandes vicisitudes que has tenido en la vida, tal vez una enfermedad grave, una crisis financiera o algo parecido. Esos son momentos en que la “obra” actúa. Cuando surge una dificultad, hay que esforzarse para averiguar cómo podemos cooperar con la gracia de Dios en esa situación.

De hecho, la “obra” de creer no se limita a los tiempos de crisis. Cada día el Señor nos da un sinnúmero de oportunidades para aplicar la fe en cualquier situación en la que nos encontremos. Aun las tareas mundanas pueden convertirse en regalos de Dios, si se las presentamos y le decimos lo que pensamos. Al Señor le agradan estas conversaciones casuales y las usa de diversas formas para enseñarnos, animarnos y edificarnos en la fe.

Esto fue lo que aprendió el padre Ciszek: llegó a percibir la presencia de Dios en cada persona que conoció y les trató según esa fe. También aprendió a entender que cada tarea extenuante que debía cumplir era una forma de decirle sí a Dios. ¡Tú puedes hacer lo mismo!
“Señor, ayúdame a ver cada situación que me toque afrontar como una forma de hacer la ‘obra’ de creer en ti.”
Hechos 6, 8-15
Salmo 119 (118), 23-24. 26-27. 29-30

fuente Devocionario Católico La Palabra con nosotros

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