miércoles, 28 de octubre de 2015

El secreto de la sanación emocional

La sanación emocional es la "puerta de entrada" para todas las otras sanaciones.
Sabemos que Jesús vino al mundo a traernos la Buena Nueva. Nosotros oímos, en los días de hoy, tantas noticias! Pero los ángeles dijeron a los pastores que Jesús nacería en Belen para traer al mundo la Buena Noticia.

O segredo para a cura emocional

El cristianismo es la religión de la alegría. La Renovación Carismática Católica nos ha enseñado que necesitamos ser un pueblo de alabanza y no un pueblo "quietito", triste, sino un pueblo que alaba a Dios constantemente.
Cuando yo era párroco de Bombay (India), rezaba el "Gloria" todos los días de semana y no solamente los domingos. Personalmente, pienso que, cuando recitamos el "Gloria" nosotros lo debemos hacer con los brazos erguidos.
El problema es que somos muy tímidos y miedosos, pero la Biblia nos llama a ser un pueblo valiente, que alaba a Dios públicamente. Los ángeles dijeron a los pastores que ellos estaban anunciando una Buena nueva a todos los pueblos. Por lo tanto, necesitamos alabar al Señor delante de todas las naciones. pero eso sólo es posible mediante un profundo arrepentimiento.

En la confesión necesitamos experimentar el abrazo del Padre. Yo he recomendado a los sacerdotes que ellos sean verdaderos padres durante la confesión pues necesitamos sentir el calor del abrazo amoroso de Jesús. Cuando rezo por las personas, lo primero que hago es confesarles y después rezo por su sanación interior. Solamente después de esto rezo por sanación física y, por fin, por su liberación.
El sacramento de la confesión no fue hecho para ser apenas una penitencia, sino una liberación completa. Deberías salir de la confesión con una sonrisa en los labios.
Pero infelizmente existe una exageración grande en lo que refiere a la sanación física. Jesús no vino al mundo sólo y apenas para hacer que los paralíticos caminen y los ciegos perciban. El vino para transformarnos interiormente. De ahí la importancia de la sanación emocional, pues ella es el inicio, la "puerta de entrada" para la sanación física.
La Palabra de Dios nos habla de aquel ciego que gritó al Señor: "Jesús, hijo de David, ten piedad de mi!". El le llamó y preguntó: "¿Qué quieres? Es la misma pregunta que el Señor nos hace en el día de hoy. El hizo esa pregunta porque sabía que aquel ciego necesitaba no solamente de una sanación física, sino antes, de sanación emocional y espiritual.
¿Por qué afirmo eso? Porque aquel ciego, después de haber sido curado por Jesús, se puso a seguirlo. Es eso lo que el Señor quiere hacer con cada uno de nosotros, curarnos para que nos pongamos a seguirlo.
La sanación emocional es la "puerta de entrada" a todas las otras sanaciones. La persona no experimentará la sanación psíquica, la sanación de sus vicios ni la liberación del mal si ella no pasa primero, por la experiencia de sanación interior. Nosotros necesitamos saber como rezar y pedirla.

La oración es algo científico, ella no viene "de la nada", por eso necesitamos rezar a partir de los síntomas. Ellos son importantes, son indicaciones, señales que nos ayudan a descubrir cuales son nuestras dolencias emocionales.
Son cuatro las principales dolencias emocionales. La primera de ellas es el SENTIMIENTO DE RECHAZO. Jesús fue rechazado y crucificado; y la crucifixión tenía el objetivo de no sólo matar a los condenados sino también de humillarlos públicamente. Estuve, hace algún tiempo, en Paraguay en una bella casa de retiros. En la capilla de aquel lugar, existe un lindo mosaico de Jesús crucificado, donde Él está desnudo. Fue el único lugar del mundo donde vi esa imágen. Y Jesús murió en la Cruz desnudo y humillado.

Jesús fue crucificado por envidia. Veo la envidia como la gran "puerta de entrada" a las dolencias emocionales. El gran dolor de Jesús en la Cruz no fue aquella causada por los clavos en Sus manos y pies, sino aquella causada por el abandono que sufrió en la cruz. Hoy, veo a muchas personas sufriendo por llevar dentro de sí, ese sentimiento de abandono. Personas abandonadas por aquellos que menos esperaban, o sea, por las personas amadas.
El primer paso para la sanación emocional es detectar los síntomas del problema y encontrar las causas también. Es importante encontrar la raíz de ese mal. No he visto ningún caso resuelto sin que antes la "causa-raíz" haya sido descubierta. Y como descubrir esa "causa-raíz"? Primero rezar al Espíritu Santo. El trabajo de Él no es solamente descubrir la verdad de Dios, sino también la verdad que traemos delante de Dios. Necesitamos rezar al Espíritu Santo constantemente. 
Segundo: rezar por mi pasado, pero no con un sentimiento de culpa.

La causa raíz puede estar en cualquiera de los cuatros estados de mi vida: 1) Mi árbol genealógico; 2) Mi vida intrauterina (dentro del vientre materno en el período de gestación); 3) Mi infancia hasta la juventud; 4) Mi juventud hasta la edad adulta.
La oración es igual a un medicamento, no puedes tomar poco ni tampoco demasiado, tiene que ser en la dosis correcta.

Voy a compartirles a ustedes mi secreto para descubrir la causa raíz de una dolencia.
Cuando las personas llegan hasta mi con algún tipo de problema, sea él físico o espiritual -principalmente de orden emocional, cuando la persona viene trayendo problemas de ataques demoníacos, yo hago dos preguntas a ellas.
La primera es "¿Cuándo comenzó el problema?". Con frecuencia las personas responden: "Ah! yo siempre tuve ese problema" Entonces suelo responder que solamente Dios es "siempre". Nosotros tenemos un comienzo, nuestros problemas tienen un comienzo y necesito saber cuándo él comenzó.
La segunda pregunta es: "¿Recuerdas algo que hay acontecido, en esa época, y que pueda estar relacionado con ese problema?"
En esa conversación, la persona recuerda los acontecimientos con mayor precisión y los motivos que llevaron a esos acontecimientos. Allí, yo sé, estaba la causa, la llave para el fin de tanto tiempo de sufrimiento.

Padre Rufus Pereira
fuente: Portal Canción Nueva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario