sábado, 17 de octubre de 2015

Reza y entrega todas tus preocupaciones

“Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré”
Mt 11,28


Es una invitación que Jesús te hace hoy. Dejar descansar nuestro fardo y nuestras luchas. Algunos días sentimos como que no vamos a conseguir levantarnos de la cama y caminar de tan pesados que estamos. Son tantas emociones, con la familia, con la salud, el desempleo, las situaciones emocionales que están fuera de nuestro control, y experimentamos una gran impotencia. Es esto lo que Jesús quiere decirte hoy: ¡Vengan a mí, yo les daré descanso!

Son palabras que pasan y al escucharla provocan una gran liberación. Porque no hay problema que con Dios no se puede resolver, “porque para Dios nada es imposible”. Y son tantas cosas que nos parecen imposibles, por eso, te invito a entregar en el abismo de la misericordia todos tus problemas, todos tus fardos, enfermedades, cosas que has guardado en lo secreto de tú corazón, “los hombres ven las apariencias, Dios ve el corazón”.

“Depositen en él todas sus preocupaciones, pues él cuida de ustedes” (I Pedro 5,7). El propósito es rezar por las causas que nos han quitado la paz y han abatido nuestro corazón. El gran secreto, dijo Jesús a Santa Faustina: “deposítenlo todo en los vasos de mi infinita misericordia”. Porque Dios cuida de nosotros, aunque no parezca, incluso si todo demuestra lo contrario, Él tiene el control de todas las cosas. Cuando estamos lejos o cuando no aceptan nuestra ayuda, confiemos en Dios.

Vamos a rezar:
Yo me adueño de tu la Palabra, confió y quiero creer que tienes el control de todo, toma mis preocupaciones, mi fardo, mis dolores, todo lo que no consigo resolver. Mi desaliento y mi cansancio, cuantas veces lloré solo de tristeza y depresión, no tenía ganas de rezar, de salir de casa, quise entregarme, por eso, hoy quiero repetir varias veces: ¡Jesús en vos confió! ¡Jesús en vos confió! 
«No temas, hombre predilecto. ¡La paz esté contigo!
¡Sé fuerte y valeroso!».
Mientras él me hablaba, recobré las fuerzas y le dije:
Que hable mi Señor, ya que me has fortalecido».“ (Dan 10,19).

Proclamemos el Señorío de Jesús recurramos a Él, para recibir el descanso y la fortaleza para continuar luchando y creyendo: Dios tiene el control de todo. La alegría exorciza el demonio, decía San Francisco.
cantemos...


Dios cuida de mi, aunque yo no vea, aunque no me dé cuenta.
Dios cuida de nosotros, no hay nada que temer no hay porque desanimarse.
Dios está conmigo, porque Él me ama, Dios está contigo, porque Él te ama.
Dios está con nosotros, Él cuida de nosotros, ¡Dios cuida de mi!

Padre Luizinho
Comunidad Canción Nueva
fuente Canción Nueva en español

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