martes, 9 de septiembre de 2014

¿Eres muy autocrítico?

¿Cómo va tu autoconocimiento? ¿Eres muy crítico? ¿Conoces mucho o poco de ti mismo, y de tus características?

¡Cuántos de nosotros vivimos evaluando nuestras actitudes y nuestra forma de ser y muchas veces “exagerando” la dosis! Podríamos llamar a esa exageración una autocrítica excesiva.

En muchas situaciones por diferentes motivos, tenemos una visión distorsionada de los hechos y de nosotros mismos, debido a la forma como fuimos criados y a la influencia de las personas con quienes convivimos, y adoptamos un comportamiento perfeccionista y preocupado en realizar todo de la mejor forma posible.

Muchas veces, se hace difícil aceptar algo que no sale de la forma esperada (por lo menos según nuestra forma de ver al mundo) y también de aceptar que no somos perfectos, que somos vulnerables a equivocarnos.

Pero entonces, ¿ser perfeccionista es un error?
Caracteristicas como celo, responsabilidad, empeño por hazer todo bien, son buenas, pero pueden esconder una inmensa dificultad para equivocarse y un sufrimiento exagerado cuando eso sucede. Podemos entender esta exigencia no solo en relación a la visión que tenemos de nosotros mismos sino también en relación a la crítica excesiva del otro, hecho que acaba creando dificultades en nuestras relaciones.

autocritico

¿Qué es lo que puede producir esta crítica excesiva?
Mal humor, pensamientos negativos, baja autoconfianza, dificultad para decidir. Como un círculo vicioso, estas características se alimentan las unas a las otras, si no acepto un error me quedo de mal humor, pienso negativamente y cada vez más dejo de confiar en mí.
Una buena posibilidad para cambiar este cuadro es ampliar su capacidad de autocomprensión y de evaluación más clara y objetiva de las situaciones y con una dosis más grande de racionalidad. Pregúntate: “¿Será que realmente, no me puedo equivocar?”, “¿Será que mis resultados realmente son malos o yo siempre estoy insatisfecho con todo?”.

Otro paso importante para superar este sentimiento es reconocer los puntos fuertes, las cualidades. Nuestros amigos y personas con quienes más convivimos pueden ser fuentes buenísimas de referencia para estas preguntas, mientras nosotros mismos no logramos comprenderlas. Muchas veces, la mirada del otro es mucho más clara y sin críticas que nuestra propia mirada.

Por más que estemos equivocados, si nuestra visión no está distorsionada, podemos tener, hasta equivocándonos, una visión más adecuada, una capacidad de corregirnos siempre que nos equivocamos sin sufrir exageradamente y tener un diálogo interno positivo, con menos castigo en búsqueda de nuevas posibilidades.

Cuidado con las personas que tienen esta opinión demasiado crítica. ¿Ya te imaginaste a dos críticos juntos?

Tú crees en ti mismo, aún cuando no hay nada bueno o crees que todo lo que haces está mal y no tiene valor? Si te identificaste con estas características, experimenta este ejercicio de reflexión y de cuidado contigo y con las cualidades que seguramente tu posees. No se trata de negar lo que está mal, sino de dar el peso adecuado a las situaciones y comportamientos y especialmente, de comprender que fallamos, pero que tenemos la posibilidad de superarnos.

=> La gracia del autoconocimiento

Elaine Ribeiro
Psicóloga Clínica y Organizacional, colaboradora de la Comunidad Canción Nueva
fuente Portal Canción Nueva

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